La expresión en singular, “ejército de Israel” apenas se la encuentra en todo el AT en apenas seis (6) ocasiones, en seis (6) versículos bíblicos, a saber:
1 Samuel 28.19 “Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará también al ejército de Israel en mano de los filisteos”.
2 Samuel 20.23 “Así quedó Joab sobre todo el ejército de Israel, y Benaía hijo de Joiada sobre los cereteos y peleteos”.
1 Reyes 2.5 “Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies.”
1 Reyes 2.32 “Y Jehová hará volver su sangre sobre su cabeza; porque él ha dado muerte a dos varones más justos y mejores que él, a los cuales mató a espada sin que mi padre David supiese nada: a Abner hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasa hijo de Jeter, general del ejército de Judá.”
2 Crónicas 25.7 “Mas un varón de Dios vino a él y le dijo: Rey, no vaya contigo el ejército de Israel; porque Jehová no está con Israel, ni con todos los hijos de Efraín.”
2 Crónicas 25.9 “Y Amasías dijo al varón de Dios: ¿Qué, pues, se hará de los cien talentos que he dado al ejército de Israel? Y el varón de Dios respondió: Jehová puede darte mucho más que esto.”
En cambio, la expresión, en plural, “ejércitos de Israel” nunca se usó en la Biblia. No obstante, este hecho no valida la tesis de Berkhof, todavía hay otros elementos a considerar y que el propio Berkhof ignoró.
En primer lugar, aunque Israel con la monarquía logró ciertos niveles de unificación, lo cierto es que para antes de la monarquía, cada tribu contaba con su particular y propio ejército, que no eran más que los mismos hombres en el vigor de sus fuerzas. Ahora bien, es claro que en el período de la conquista fue precisamente el contexto en que se desarrolló la idea de “Jehová de los ejércitos”. Y en este contexto precisamente es la idea del plural “ejércitos” la que domina. Consideremos las pistas siguientes.
Números 10.13, 14, 18, 22, 25, 28
“13Partieron la primera vez al mandato de Jehová por medio de Moisés. 14La bandera del campamento de los hijos de Judá comenzó a marchar primero, por sus ejércitos; y Naasón hijo de Aminadab estaba sobre su cuerpo de ejército.”
“18Luego comenzó a marchar la bandera del campamento de Rubén por sus ejércitos; y Elisur hijo de Sedeur estaba sobre su cuerpo de ejército.”
“22Después comenzó a marchar la bandera del campamento de los hijos de Efraín por sus ejércitos; y Elisama hijo de Amiud estaba sobre su cuerpo de ejército.”
“25Luego comenzó a marchar la bandera del campamento de los hijos de Dan por sus ejércitos, a retaguardia de todos los campamentos; y Ahiezer hijo de Amisadai estaba sobre su cuerpo de ejército.”
“28Este era el orden de marcha de los hijos de Israel por sus ejércitos cuando partían.”
Me parece muy pertinente aquí la opinión de R. de Vaux, cito:
“Entre los nómadas, el ejército no se distingue del pueblo: todo hombre en el vigor de sus fuerzas puede tomar parte en expediciones de pillaje — razzias — y debe estar dispuesto a defender contra el enemigo los bienes y los derechos de su tribu, bajo la dirección del seih o de un jefe valeroso. Por lo regular, cada tribu obra por cuenta propia, pero a veces varias tribus se unen para una acción común. Existen costumbres de guerra y reglas de combate, pero no hay organización militar estable. Es muy probable que sucediese esto mismo cuando Israel hacía todavía vida seminómada, pero resulta difícil reconocer la situación real a que se refieren las relaciones del Éxodo y de los Números. La imagen de un pueblo en armas que sale de Egipto, Éxodo 12.37; 13,18; 14.19-20, que marcha y acampa en el desierto en formación ordenada, Números 1.3,20,22...; 2.1-31; 10.11-28, es reflejo idealizado de una época posterior en que el pueblo, ya unificado, era llamado a las armas en caso de peligro nacional” («Instituciones del AT», páginas 292-293).
Ciertamente hay algunos textos que ponen en evidencia la fragilidad militar de los hebreos frente a sus adversarios cananeos, por ejemplo:
“14Y los hijos de José hablaron a Josué, diciendo: ¿Por qué nos has dado por heredad una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros un pueblo tan grande, y que Jehová nos ha bendecido hasta ahora? 15Y Josué les respondió: Si sois pueblo tan grande, subid al bosque, y haceos desmontes allí en la tierra de los ferezeos y de los refaítas, ya que el monte de Efraín es estrecho para vosotros. 16Y los hijos de José dijeron: No nos bastará a nosotros este monte; y todos los cananeos que habitan la tierra de la llanura, tienen carros herrados; los que están en Bet-seán y en sus aldeas, y los que están en el valle de Jezreel. 17Entonces Josué respondió a la casa de José, a Efraín y a Manasés, diciendo: Tú eres gran pueblo, y tienes grande poder; no tendrás una sola parte, 18sino que aquel monte será tuyo; pues aunque es bosque, tú lo desmontarás y lo poseerás hasta sus límites más lejanos; porque tú arrojarás al cananeo, aunque tenga carros herrados, y aunque sea fuerte” (Josué 17.14-18)
“Y Jehová estaba con Judá, quien arrojó a los de las montañas; mas no pudo arrojar a los que habitaban en los llanos, los cuales tenían carros herrados” (Jueces 1.19)
“Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac” (Números 13.28
“13Y reunió Sísara todos sus carros, novecientos carros herrados, con todo el pueblo que con él estaba, desde Haroset-goim hasta el arroyo de Cisón” (Jueces 4.13)
En segundo lugar, el uso de la palabra “escuadrones” (en plural, hebreo maarajot, singular, maarajáh). Pasajes significativos son:
1 Samuel 17.8 “Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí.”
1 Samuel 17.26 “Entonces habló David a los que estaban junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?”
1 Samuel 17.45 “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.”
Observación: Por 1 Samuel 17.45 podemos ver que la expresión «Jehová de los ejércitos» es equivalente a la expresión «Dios de los escuadrones de Israel».
En tercer lugar, a pesar de la negativa de Berkhof, lo cierto es que resulta imposible pretender eliminar la imagen de un ser guerrero, vengativo, castigador en el uso de la expresión “Jehová de los ejércitos” en los siguientes pasajes representativos:
1 Samuel 15.2 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto.”
1 Samuel 17.45 “Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.”
Salmo 46.7 “Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah” (idea que se repite en el versículo 11)
Isaías 1.24 “Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios.”
Isaías 8.13 “A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.”
Isaías 31.4 “Porque Jehová me dijo a mí de esta manera: Como el león y el cachorro de león ruge sobre la presa, y si se reúne cuadrilla de pastores contra él, no lo espantarán sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos; así Jehová de los ejércitos descenderá a pelear sobre el monte de Sion, y sobre su collado.”
Jeremías 2.19 “Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.”
Jeremías 11.17 “Porque Jehová de los ejércitos que te plantó ha pronunciado mal contra ti, a causa de la maldad que la casa de Israel y la casa de Judá han hecho, provocándome a ira con incensar a Baal.”
Jeremías 11.20 “Pero, oh Jehová de los ejércitos, que juzgas con justicia, que escudriñas la mente y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque ante ti he expuesto mi causa.”
Jeremías 11:22 “Así, pues, ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los castigaré; los jóvenes morirán a espada, sus hijos y sus hijas morirán de hambre.”
Jeremías 19.3 “Dirás, pues: Oíd palabra de Jehová, oh reyes de Judá, y moradores de Jerusalén. Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo traigo mal sobre este lugar, tal que a todo el que lo oyere, le retiñan los oídos.”
Jeremías 29.17 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí envío yo contra ellos espada, hambre y pestilencia, y los pondré como los higos malos, que de tan malos no se pueden comer.”
Malaquías 2.2 “Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón.”
Jueces 4.14-15 “14Entonces Débora dijo a Barac: Levántate, porque este es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová delante de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, y diez mil hombres en pos de él. 15Y Jehová quebrantó a Sísara, a todos sus carros y a todo su ejército, a filo de espada delante de Barac; y Sísara descendió del carro, y huyó a pie.”
En cuarto lugar, la afirmación de que era Jehová quien peleaba por Israel
Éxodo 14.25 “Y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios”
Deuteronomio 3.22 “No los temáis; porque Jehová vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros”
Josué 23.10 “Un varón de vosotros perseguirá a mil; porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo”
1 Samuel 25.28 “Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta ofensa; pues Jehová de cierto hará casa estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días”
2 Samuel 22.40 “Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea; Has humillado a mis enemigos debajo de mí” (paralelo Salmo 18.39)
Salmo 35.1 “Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; Pelea contra los que me combaten”
Nehemías 4.20 “En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros”
En quinto lugar, la existencia de «el libro de las batallas de Jehová»
En el contexto de la llamada guerra santa, R. de Vaux afirma:
“En todos los pueblos antiguos, la guerra estaba asociada con actos religiosos: se emprendía por orden de los dioses, o por lo menos con su aprobación significada por los presagios, iba acompañada de sacrificios, se llevaba a cabo con la ayuda de los dioses, que otorgaban la victoria y a los que se daba gracias mediante la ofrenda de una parte del botín.
Las guerras de Israel son, en efecto, las guerras de Yahveh, 1 Sam 18.17; 25.28, y el Libro de tas guerras de Yahveh, Números 21.14, que se ha perdido, cantaba la epopeya nacional. Los enemigos son los enemigos de Yahveh, Jueces 5.31; 1 Samuel 30.26; cf. Éxodo 17.16. Antes de partir se le ofrece un sacrificio, 1 Sam 7.9; 13.9, 12, pero sobre todo se le consulta, Jueces 20.23, 28; 1 Samuel 14.37; 23.2, 4, por medio del efod y de las suertes sagradas, 1 Samuel 23.9s; 30.7s, y Él es quien decide la guerra. Él mismo marcha a la cabeza del ejército, Jueces 4.14; 2 Samuel 5.24; cf. Deuteronomio 20.4” («Instituciones del Antiguo Testamento», páginas 346 y 357).
Finalmente, creo que también es oportuna aquí la opinión de Juan Luís de León Azcárate que afirma: “La imagen de Yahvé como guerrero tiene claras influencias del antiguo Oriente Próximo, y en particular de divinidades cananeas como Baal y El.
El ardor guerrero con que se describe a Yahvé en Isaías 63-1-6, donde ejerce como «vengador de sangre» de su pueblo Israel contra Edom, símbolo de todas las naciones enemigas de Israel (compárese Isaías 34; Jeremías 49; Ezequiel 35-36, recuerda bastante a un texto ugarítico que presenta a la diosa Anat igualmente como guerrera y destructora… En el antiguo Oriente Próximo son frecuentes las divinidades, tanto femeninas como masculinas, descritas con rasgos guerreros” (Dignidad humana y violencia en el AT: el doble rostro de Yahvé, Cuadernos de Teología Deusto, 2003, página 53, 54 y 55)
¡Hasta mañana con el favor de Dios!
No hay comentarios:
Publicar un comentario