viernes, 20 de mayo de 2011

¡Que no panda el cúnico!, Jesús no viene mañana

En gran parte del ambiente cristiano evangélico es ya una idea bien conocida la presunción que desde hace unos meses viene difundiendo el ministerio «Family Radio», de que este 21 de mayo tendrá lugar el llamado “rapto” o “arrebatamiento de la iglesia”; y que, posteriormente, exactamente cinco meses después, o sea, el 21 de octubre de este mismo año 2011, tendrá lugar el fin del mundo.

Pero, ¿qué es «Family Radio»? ¿Cómo se define a sí mismo? Pues bien, «Family Radio» se autodefine así mismo como “un ministerio de radio cristiano basado en la Biblia, sin afiliaciones a iglesias.” Esto significa que, en consecuencia, es posible que dicho ministerio comparta algunos aspectos doctrinales de las tradicionales escatologías cristianas, pero y, por otro lado, también tome distancia respecto de otros.

En efecto, una característica o sello esencial del dispensacionalismo es la famosa idea del «rapto» o «arrebatamiento de la iglesia». Sin embargo, no es un elemento propio del sistema escatológico dispensacionalista, el considerar que hay una fecha conocida, y mucho menos el 21 de mayo, para dicho evento escatológico. Tampoco la idea de que el fin del mundo ocurrirá el próximo 21 de octubre de este mismo año, ni de ningún otro.

Ahora bien, cabe preguntarse, ¿cuáles son algunas de las principales premisas en la que se basa el ministerio «Family Radio» para sustentar su postura?

Por ciertas razones, quiero categorizar en tres tipos las premisas sobre las que se basa la que entiendo, una mera conjetura, del ministerio «Family Radio»:

1) Un literalismo insostenible

Por ejemplo, al hablar de “El calendario bíblico de la historia”, textualmente afirma: “El Señor ha abierto a la comprensión de Su pueblo el “Calendario Bíblico” recogido en las páginas de la Biblia. Puede demostrarse que las genealogías del libro del Génesis, principalmente de los capítulos 5 y 11, son un preciso calendario de la historia de la humanidad en el mundo. El calendario bíblico de la historia es totalmente preciso y fiable”

Pero yo pregunto: ¿Es esto cierto? Personalmente no lo creo. Es más, si hay un factor que ha originado mucha discusión en los estudios bíblicos es si, en efecto, debe entenderse a Génesis 1-11 de manera literal. De todos modos, incluso algunos sectores de la comunidad protestante y evangélica que también tienden a ser muy literalistas en su enfoque de la Biblia, a pesar de eso, no comparten las conclusiones y tesis de «Family Radio».

2) Una defectuosa cronología

«Family Radio» concibe y asume una cronología básica y en cuyo contexto habla de los “acontecimiento históricos importantes”, cito:

11.013 a.C.—Creación. Dios creó al mundo y al hombre (Adán y Eva).

4990 a.C.—El diluvio del tiempo de Noé. Todo pereció en el diluvio universal y únicamente Noé, su mujer, y sus 3 hijos junto a sus esposas sobrevivieron en el arca (6023 años desde la creación).

7 a.C.—El año en el que nació Jesucristo (11.006 años desde la creación).

33 d.C.—El año en el que Jesucristo fue crucificado y dio comienzo a la era de la iglesia (11.045 años desde la creación; 5023 años civiles desde el Diluvio).

1988 d.C.—En este año finalizó la era de la iglesia y comenzó el periodo de 23 años de gran tribulación (13.000 años desde la creación).

1994 d.C.—El 7 de septiembre, llegó a su fin el primer periodo de gran tribulación de 2300 días, y empezó la lluvia tardía, dando comienzo el plan de Dios para salvar a una gran multitud de personas fuera de las iglesias (13.006 años desde la creación).

2011 d.C.—El 21 de mayo comenzará el Día del Juicio Final y se producirá el arrebatamiento (la subida a los cielos de los elegidos por Dios) al finalizar la gran tribulación de 23 años. El 21 de octubre, el mundo será destruido por el fuego (7.000 años desde el Diluvio; 13.023 años desde la creación).

Sin embargo, creo que debemos reflexionar en algunos aspectos de la llamada “cronología bíblica” y “escatológica.”

Llama la atención que, aunque un amplio sector del cristianismo también ha asumido la idea de una historia trazada en 7,000 años (que culminaría en 7,000 años); lo cierto es que estos esquemas (el judío y el cristiano) además de ser contradictorios entre sí (uno frente al otro), se basan en unos cálculos muy inseguros.

Por ejemplo, la razón para entender que para el año 2,000 tendría lugar la segunda venida de Cristo (el rapto de la iglesia y la posterior manifestación del anticristo, según la escatología dispensacionalista); se basa en una cronología inaceptable y que no cuenta con un apoyo seguro. Dicha cronología parte de los siguientes supuestos: 1) Que desde la creación al diluvio universal habrían transcurrido 2,000 años. 2) Que desde el diluvio a la aparición de la figura histórica de Jesús de Nazaret también habrían transcurrido otros 2,000 años. Y 3) Desde Jesucristo a la fecha (hasta el año 2000) habrían transcurrido unos 2,000 años más, alcanzándose así los 6,000 años.

Por esta razón se tenían las expectativas de que al entrar en los primeros años del séptimo milenio, estábamos en la antesala del cumplimiento de los principales eventos escatológico como la segunda venida de Cristo y todos los fenómenos que generalmente se asocian con ella (anticristo, resurrección, la gran tribulación, la posterior entrada en el reino de los mil años, etc.). ¿Recuerda usted, apreciado lector, apreciada lectora, los terrores milenarios, proféticos y apocalípticos que nos vendieron para los años 1998 y 1999? ¿Y qué paso? ¿Recuerdan ustedes los innumerables sermones y talleres proféticos? ¿Y qué pasó? ¿Enseñaban estos sermones y reflexiones proféticas que estaríamos donde estamos y como estamos?

Lo curioso es que según el calendario hebreo, actualmente estamos en el año 5, 770 (y a partir de septiembre en el año 5,771), mientras que en el calendario cristiano estamos apenas en el año 2011.

El calendario hebreo parte de la suposición de que la creación relatada en el libro de Génesis tuvo lugar en el año 3, 760 o 3,761 antes de Cristo. Sumándole a esta cifra los dos mil once años de la era cristiana, esto nos lleva, a la fecha de actual, al año 5, 771 o 5, 772. De todos modos lo cierto es que el actual calendario hebreo comenzó a aplicarse a partir del siglo X u XI de nuestra era. Tradicionalmente se le atribuye su elaboración al patriarca Hillel II, entre los años 358 y 359 de nuestra era.

Pero según otros, la creación tuvo lugar el año 11,013 antes de Cristo, por lo que actualmente estaríamos en el año 13, 024. Esta última cronología es precisamente la que han adoptado los que actualmente están promoviendo para este año, el rapto de la iglesia el 21 de mayo y la destrucción de la tierra por fuego el 21 de octubre.

Ahora bien, a pesar de las pretensiones judías (y las interpretaciones cristianas que han asumido sus especulaciones cronológicas), el hecho es que hay varias civilizaciones mucho más antiguas que la hebrea, lo que nos invita a mirar con legítimas sospechas las presuposiciones tanto de las cronologías hebreas como de su calendario actual.

Por ejemplo, la historia universal reconoce la existencia de asentamientos humanos en la Mesopotamia para el año 6,000 antes de nuestra era (60 siglos). La historia universal también demuestra que había pobladores en la India unos siete mil años (7, 000) años (siete milenios) antes de nuestra era. Finalmente, la civilización china también se la sitúa entre cinco y seis mil años antes de nuestra era (seis y cinco milenios antes).

¿Qué significan estos últimos datos proporcionados por la historia universal, y que muy pocas personas pondrán hoy en duda? En primer lugar, que es inadmisible que un pueblo que entra en el escenario de la historia en una época relativamente tardía con relación a la cultura Sumeria, la India, la China, la Egipcia, la Babilónica, etc.; pretenda que su cronología y calendario sean la clave desde de la cual se ha de interpretar toda la historia del género humano (su principio y su final). En segundo lugar, si Dios es el creador de todo el género humano, y no sólo de la nación hebrea, de manera consistente habrá que considerar estos pueblos verdaderamente antiguos, como creados por Dios, ponderando adecuadamente la antigüedad de sus calendarios. En tercer lugar, que partiendo de la premisa anterior, Dios hubo comenzado su trato con el ser humano mucho antes de que apareciera el pueblo hebreo en el escenario de la historia. En cuarto lugar, que hay que poner en cuestionamiento las pretensiones de un calendario hebreo que sitúa la creación para una fecha (3, 760 antes de nuestra era), cuando para dicha fecha había pueblos que ya tenían varios siglos de existencia. Por ejemplo, para cuando tuvo lugar la creación, según las pretensiones hebreas: 1) Ya existían personas en la Mesopotamia unos 2, 240 anos antes; 2) En la India unos 3, 240 años antes; 3) Y en la China, unos 2, 240 años antes.

En conclusión, toda especulación y pretensión de fijar una fecha específica para la culminación de la historia, deben ponerse bajo serias y legítimas sospechas. Esto así, pues las bases en que se sustentan están cubiertas por un gran manto de dudas y muy complicadas especulaciones.

3) Una clara manipulación de los textos bíblicos

Algunos ejemplos notables y concretos:

Primer ejemplo:

«Family Radio» afirma: “La Biblia nos enseña que el 21 de mayo de 2011, sólo los verdaderos creyentes a los que Dios haya elegido para recibir la salvación serán arrebatados (llevados) de este mundo para encontrarse en el cielo con el Señor y estar siempre con Él:

1 Tesalonicenses 4:16,17 Porque el mismo Señor con algazara, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán los primeros. Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor”

Pero yo pregunto: ¿Habla 1 Tesalonicenses 4.17 y 17 del 21 de mayo, como quieren inducir a uno a pensar, por la forma de articular o introducir el argumento? Respuesta: Rotundamente que no. Entonces, ¿no hay aquí una clara y desmedida manipulación del texto bíblico?

Segundo ejemplo:

«Family Radio» afirma: “El resto de la humanidad (miles de millones de personas) se quedarán atrás y sufrirán el terrible juicio de Dios, un horrible periodo de 5 meses de tormento sobre la tierra:

Apocalipsis 9:3-5: Y del humo del pozo salieron langostas sobre la tierra; y les fue dada potestad, como tienen potestad los escorpiones de la tierra. Y fuéles mandado que no hiciesen daño a la yerba de la tierra, ni a ninguna cosa verde, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tienen la señal de Dios en sus frentes. Y les fue dado que no los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre.”

Pero yo pregunto: ¿Justifica y legitima Apocalipsis 9.3-5 la idea de que el 21 de octubre habrá de tener lugar la destrucción del mundo, como quieren inducir a uno a pensar? Respuesta: Rotundamente que no. Entonces, ¿no hay aquí otra clara y desmedida manipulación del texto bíblico?

Tercer ejemplo:

«Family Radio» afirma: “La Biblia nos enseña que el final de la era de la iglesia se iba a producir simultáneamente al comienzo de la gran tribulación: Mateo 24:21 Porque habrá entonces grande aflicción, cual no fue desde el principio del mundo hasta ahora, ni será.

El 21 de mayo de 1988, Dios dejó de utilizar las iglesias y congregaciones del mundo. El Espíritu de Dios abandonó todas las iglesias y Satanás, el hombre del pecado, entró en ellas para gobernar. La Biblia nos enseña que este horrible periodo de juicio sobre las iglesias durará 23 años. 23 años completos (exactamente 8400 días) pasarán desde el 21 de mayo de 1988 al 21 de mayo de 2011. Esta información se descubrió en la Biblia totalmente aparte de la información acerca de los 7000 años desde el diluvio. Por tanto, vemos que ese periodo de tribulación de 23 años completos finaliza el 21 de mayo de 2011. Esta fecha es el día exacto en el que finaliza la gran tribulación, y también es el punto final más probable para los 7000 años desde el diluvio del tiempo de Noé.

Hemos de tener en cuenta que Dios cerró la puerta del arca el día 17 del segundo mes del calendario de Noé. También descubrimos que el 21 de mayo de 2011 es el final del periodo de gran tribulación. Hay una relación íntima entre el segundo mes y el día 17 del calendario de Noé y el 21 de mayo de 2011 de nuestro calendario gregoriano. No es posible ver esta relación con facilidad hasta que descubrimos que hay que tener en cuenta otro calendario: el Hebreo (o Bíblico). Da la casualidad de que el 21 de mayo de 2011 es el día 17 del segundo mes del calendario Hebreo. Así, Dios nos confirma que comprendemos correctamente la cronología de 7000 años desde el diluvio. El 21 de mayo de 2011 es la fecha equivalente a aquella en la que Dios cerró la puerta del arca de Noé. Gracias a esto y a mucha otra información bíblica, descubrimos que el 21 de mayo de 2011 será el día en el que Dios lleve al cielo a Sus elegidos. El 21 de mayo de 2011 será el Día del Juicio Final. Es el día en el que Dios cerrará la puerta de salvación al mundo”

Con respecto a este tercer ejemplo, sólo me limitaré a decir que ya he demostrado que esta “cronología bíblica” es muy deficiente, demasiado especulativa, y que se sustenta en un literalismo inadmisible; por lo que, en conclusión, no es cierto que permita arribar a las conclusiones a las que ha llegado «Family Radio».

Ahora quiero citar de pasada las razones por las cuáles los principales sistemas escatológicos cristianos no aceptan que el rapto (o segunda venida de Cristo) tendrá lugar este 21 de mayo, y el fin del mundo el 21 de octubre:

Pero antes de mencionar los sistemas escatológicos propiamente cristianos, haré referencia al sistema escatológico conocido como “Preterismo”.

«El preterismo»

Pienso que una vez se tienen bien claras las ideas o premisas básicas del preterismo, resultan más que obvias las razones por las que dicho sistema no puede coincidir con la conjetura de «Family Radio». De Wkipedia extraje el siguiente extracto sobre el preterismo:

“El preterismo es una variación de la escatología cristiana que mantiene que algunas o todas las profecías Bíblicas concernientes a los Últimos Días (o Tiempos Finales) se refieren a eventos que en realidad ocurrieron durante el primer siglo luego del nacimiento de Cristo. El término preterismo viene del latín praeter, que significa "pasado". Los adherentes al Preterismo usualmente se conocen como "Preteristas". Las dos principales escuelas de interpretación Preterista comúnmente son denominados como Preterismo Parcial y Preterismo Total.

El «Preterismo Parcial», el más antiguo de las dos posturas, sostiene que profecías tales como la destrucción de Jerusalén, el Anticristo, la Gran Tribulación, y el advenimiento del Día del Señor como una "venida en juicio" (Juicio Final) de Cristo fueron cumplidos en el año 70 d. C. cuando el general del Imperio romano Tito saqueó a Jerusalén y destruyó el Templo Judío, colocando así un detenimiento permanente al sacrificio diario de animales. Identifica a "Babilonia la Grande" (Apocalipsis 17-18) con la ciudad pagana y antigua de Roma o Jerusalén.

El «Preterismo Total» difiere del Preterismo Parcial en que creen que todas las profecías fueron cumplidas con la destrucción de Jerusalén, incluyendo la resurrección de los muertos y la Segunda Venida o Parusía de Jesús”.

«El postmilenialismo»

Según el postmilenialismo el rapto de la iglesia (o segunda venida de Cristo) no puede ocurrir este 21 de mayo, y el fin del mundo el 21 de octubre, por las siguientes razones:

Una característica esencial del postmilenialismo es la esperanza firme en la victoria del evangelio antes del retorno de Cristo. En consecuencia, “El Nuevo Testamento sugiere que estaciones largas pasan antes de que Cristo vuelva (Mateo 25.5, 19; Hechos 1.7; 2 Timoteo 3.1; 2 Pedro 3.4-9). El postmilenialismo no enseña la cercanía de la venida de Cristo. El cumplimiento de las profecías grandes la demostrarán: la conversión de los judíos (Romanos 11) y la victoria dominante del cristianismo (Isaías 2.2-4)” (Kenneth L. Gentry Jr., en «Tres puntos de vista del milenio y el más allá», editor general Darrell L. Bock, publicado por Editorial Vida, año 2004, página 52, nota al pie número 76).

«El dispensacionalismo»

Para dejar establecido por qué según el dispensacionalismo el rapto de la iglesia (o segunda venida de Cristo) no puede ocurrir este 21 de mayo, y el fin del mundo el 21 de octubre; voy a apelar sencillamente a un solo elemento o factor: la necesidad de que un nuevo templo de Jerusalén (el tercero) debe estar en píe para la segunda venida de Cristo (o por lo menos el «rapto» en la terminología dispensacionalista) y para la manifestación del «Anticristo», «el hombre de pecado». A continuación, mi argumento:

Por muchos años la escatología dispensacionalista, por medio de los sermones de sus predicadores y de la doctrina que se imparte las iglesias o congregaciones que comulgan con dicho sistema; se proclama la inminencia de la segunda venida de Cristo. Ciertamente somos testigos que vienen promoviendo la inminencia de la segunda venida de Cristo desde hace más de cincuenta (50) años. Un ejemplo clásico lo constituye el destacado y muy conocido evangelista internacional Yiye Ávila, quien desde los años 60 se ha caracterizado por un mensaje con ese matiz escatológico. Es más, el ministerio de nuestro hermano Yiye Ávila se ha identificado formal e históricamente como «El Ministerio Cristo Viene».

Tomando, pues, como ejemplo notable el mensaje del evangelista Yiye Ávila, podríamos decir que él esperaba que Jesús viniera o hubiese venido ya para los años sesenta, es decir, unos cincuenta años antes de la fecha en que estamos.

Ahora bien, el problema de esta interpretación que quiero destacar en esta ocasión es el siguiente. Resulta que el sistema dispensacionalista (que cree en el rapto, el reino milenial, y todo lo que eso implica) demanda que el templo de Jerusalén esté en pie, para la segunda venida de Cristo, pues sólo así puede aspirar al cumplimiento de la llamada “abominación desoladora” (Daniel 9). En consonancia con esta perspectiva, el «Diccionario de teología premilanarista» dice: “Es necesario distinguir en el contexto del AT si están a la vista el templo futuro de la tribulación o el templo milenario. El templo de la tribulación será edificado por judíos incrédulos y será profanado por el anticristo (Daniel 9.27; compárese 11.36-45). El templo milenario será edificado por el Mesías (Zacarías 6.12-13) y los judíos redimidos, y, como señal particular de la restauración, serán ayudados por representantes de las naciones gentiles (Zacarías 6.15; Hageo 2.7; compárese Isaías 60.10).

“…El texto primario en el AT que se refiere directamente al templo de la tribulación es Daniel 9.27 (compárese 12.11), aunque la presencia del templo es mencionada o implicada indirectamente en otros contextos tribulacionales (compárese Isaías 24.2, 23; Malaquías 3.1-3). Los textos específicos que se refieren al templo milenario son Isaías 2.2-4; Jeremías 33.18; 60.7; Ezequiel 37.26-28; 40-48; Hageo 2.9; Zacarías 6.12-13; 14.20” (Mal Couch, editor general, Editorial Portavoz, 1999, página 433).

Como se ve, la existencia del templo es clave para la escatología dispensacionalista, para la explicación de los hechos escatológicos, y para verificar que tan cerca o lejos estamos del tiempo del fin. Entonces, si las cosa son así, el promover desde los años sesenta la inminencia de la segunda venida de Cristo (propiamente «el rapto» en la terminología dispensacionalista) tenemos aquí un problema muy serio. ¿Por qué? Porque del templo de Jerusalén no se ha levantado ni siquiera una sola columna.

Por ejemplo, según la interpretación dispensacionalista, con el acontecimiento del rapto (el regreso secreto de Jesús) se inicia un período de siete (7) años en los cuales reina el anticristo. De estos siete años, la primera mitad, o sea tres años y medio, el anticristo habrá de producir una especie de bienestar universal, pero al iniciar los restantes tres años y medio se inicia un tiempo de duras y terribles dificultades, conocido como «la gran tribulación».

Luego, si para el tiempo del anticristo y la llamada «la gran tribulación» (según el dispensacionalismo) debe estar el templo en pie, lo lógico es que no se hable de la inminencia de venida de Cristo, hasta que el templo no esté en pie. Además, no forma parte del discurso escatológico dispensacionalista, el que sea el anticristo el que construya o ponga de nuevo en pie el templo de Jerusalén.

En consecuencia, por lo menos en teoría, sería a partir del momento en que se levante el templo de Jerusalén cuando estaríamos cerca, próximos a la segunda venida de Cristo y la manifestación del anticristo. Pero curiosa y lamentablemente, los predicadores y maestros dispensacionalistas no se percatan de este problema para dejar de hablar de la “inminencia de la venida de Cristo”.

Pero en honor a la verdad eso tampoco garantizaría la inmediatez de la venida de Cristo. A lo máximo a lo que se podría aspirar es a que mientras el templo esté en pie, se podría explicar que en un futuro incierto, pero seguro, se hablaría de una proximidad relativa de la segunda venida de Cristo (por lo menos el «rapto» en la terminología dispensacionalista), y el tiempo del fin.

Lo penoso para la escatología dispensacionalista es que el sionismo no muestra ningún interés religioso, y por lo tanto no muestran las actuales autoridades judías interés alguno en levantar de nuevo el templo de Jerusalén. Repito, sin estar el templo de Jerusalén en pie, el dispensacionalismo tiene serios y graves problemas de interpretación, y mucho más para hablar de “inminencia”. Aunque en verdad, aun cuando se construyera el templo, esto simple hecho no legitima de por sí al dispensacionalismo.

«La escatología no dispensacionalista» (¿escatología reformada?)

Según la escatología no dispensacionalista el rapto de la iglesia (o segunda venida de Cristo) no puede ocurrir este 21 de mayo, y el fin del mundo el 21 de octubre, por las siguientes razones:

Las siguientes premisas hacen imposible que la escatología reformada (no dispensacionalista) concuerde y apoye la especulación escatológica de «Family Radio»:

1) La existencia de un único pueblo de Dios, integrado por judíos y gentiles (véase Efesios 2.11-22; Gálatas 3.28, 29; Romanos 9.6-8)

2) La iglesia será testigo de la manifestación del anticristo (1 Tesalonicenses 4.13-18; 2 Tes.2.1-9; Mateo 24.29-44)

3) La iglesia va a pasar por la Gran Tribulación (1 Tesalonicenses 4.13-18; 2 Tesalonicenses 2.1-9; Mateo 24.29-44). Esto supone que antes de la segunda venida de Cristo, se manifestará previamente el “Anticristo” u “hombre de pecado”.

4) La segunda venida de Cristo será un retorno visible. No hay tal cosa como una venida “secreta” de Jesucristo. Esta escuela escatológica no comparte la idea del “rapto” del sistema dispensacionalista.

5) Habrá una sola resurrección, una resurrección general de justos e injustos (Juan 5:28, 29; 11:23, 24)

6) Una interpretación simbólica (no literal) de Apocalipsis 20:1-10 (2 Samuel 7:12-16; Mat. 28:18-20; Efesios 1:18-23). En consecuencia, El milenio no es un espacio literal de tiempo, sino un símbolo de un estado de plenitud y perfección.

7) Si bien hay señales que indicarán la proximidad de la segunda venida de Cristo, no obstante, plantea Luís Berkof: “las señales predichas no son de tal clase como para designar el tiempo exacto.”

En conclusión: Exegéticamente hablando, pienso que, a pesar de las premisas y conjeturas de los distintos sistemas escatológicos cristianos; la Biblia no parece querer decirnos cuándo tendrá lugar la segunda venida de Cristo, y qué tan verosímil y sustentable es la idea de una “destrucción” y “fin” del mundo.

Por tal razón, concluyo con las siguientes palabras del Rabino ortodoxo Jacob Neusner:

“¿Hasta cuando? ¿Cuándo llegarán los grandes acontecimientos del tiempo a su clímax y conclusión? Y como respuesta a esta pregunta surge la esperanza en el Mesías, el ungido de Dios, que ha de redimir al pueblo y ponerlo para siempre en el camino recto, dando fin así a las vicisitudes de la historia… Señor, tú has planteado la pregunta: «¿Hasta cuándo?» Y tu respuesta es «dentro de poco», «dentro de muy poco». Yo, señor, me he hecho la misma pregunta, pero la única respuesta que puedo dar es: «Dure lo que dure, esto es lo que seremos, lo que estamos llamados a hacer; un reino de sacerdotes y un pueblo santo»”

“Y mirando para atrás, llegando como estamos al año 2000 (Jacob Neusner escribió su obra en el año 1993): vemos que la espera ha sido larga: pero a lo largo de todo este tiempo hemos tratado de permanecer fieles a nuestra vocación de formar un reino de sacerdotes y un pueblo santo, como Dios nos ha mandado por medio de la Torá de Moisés” («Un Rabino habla con Jesús», Ediciones Encuentro, 2008, páginas 182 y 183).

Continúa Neusner diciendo: “¿Puede el reino de Dios venir pronto, en nuestros días, a donde estamos? La Torá no sólo dice que sí, sino que además muestra cómo. En realidad, de eso es de lo que habla. ¿Tengo que esperar entonces el reino de Dios? Desde luego, pero, mientras espero, hay cosas que tengo que hacer. Más exactamente, hay cosas que tenemos que hacer, y hacerlas juntos” (obra citada, página 191).

¡Dios nos ayude en esta tarea!

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