miércoles, 13 de octubre de 2010

Origen del calificativo “evangélico”

No se usó en la historia de la Iglesia, ni del Cristianismo

La palabra “evangélico” está íntimamente ligada a la palabra griega “euanguélion”. La palabra griega “euanguélion” (transliterada como evangelio) históricamente y en el Nuevo Testamento mismo se usa para referir no a un tipo de literatura, sino, en primer lugar, a las buenas nuevas del Reino de Dios proclamadas por Jesús (considérese como ejemplos, Mateo 4.23; 9.35; 24.14; Marcos 1.14); en segundo lugar, para referir tanto a la proclamación como al contenido de mensaje (“kerigma”) de la primitiva comunidad cristiana que proclamaba la muerte (mediante crucifixión) y resurrección de Jesucristo. Ejemplos de este uso bíblico del término son: Romanos 10.16; 1 Corintios 1.17; 9.14; 15.1-4; 2 Corintios 2.12; 4.5).

Es preciso advertir que generalmente se establece una ligera distinción técnica entre “euanguélion” y “kerígma”: “Euanguélion” hace referencia al contenido del mensaje; mientras que “kerigma” hace referencia al modo de entregarlo (mediante la proclamación de un heraldo o mensajero).

Será a partir del siglo II cuando la palabra “euanguélion” (evangelio) comience a usarse para referir a un tipo de literatura específica que trata sobre la vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesús.

Por lo que hemos dicho, se puede concluir en que el uso de la palabra “evangelio” para señalar a los cuatro primeros libros del Nuevo Testamento, y otros de su género que no entraron en el canon, no es bíblico. Este uso es posterior al vocabulario que encontramos en el conjunto de libros que la cristiandad en general ha aceptado como literatura canónica del Nuevo Testamento.

En consecuencia, tenemos que decir que a la luz del Nuevo Testamento mismo y a la luz de la historia temprana del cristianismo, el término “evangélico” no significó más que “algo” o “alguien” relacionado con el mensaje del evangelio y/o con los cuatro primeros libros del Nuevo Testamento, y otros de su género que no entraron en el canon.

El surgimiento del “movimiento evangélico”

Sobre este uso particular de la palabra “evangélico”, el Diccionario enciclopédico de historia de la iglesia, que citamos anteriormente, nos dice lo siguiente: “La palabra “evangélico”, que corresponde en su contenido a una caracterización confesional, connota a partir del siglo XVIII la característica propia del movimiento del despertar suscitado por John Wesley y la espiritualidad “pietista”.

Luego designa un nuevo comienzo espiritual del pietismo en las iglesias territoriales y en las iglesias libres que, partiendo del Congreso Mundial en Berlín (1966) e impulsado especialmente por William (Billy) Graham, llegó a convertirse en un movimiento de alcance mundial”.

La misma obra recién citada también nos ofrece las características principales del movimiento evangélico:

1) Acentuación de la inspiración verbal de la Biblia y de su autoridad absoluta para la fe y la vida; 2) Confesión íntegra de la cristología contenida en el credo apostólico; 3) Énfasis puesto en la redención subjetiva antes que en la objetiva (experiencia del renacimiento en virtud de la conversión personal); 4) Necesidad de la santificación por la fuerza del Espíritu Santo a través de la oración, el estudio de la Biblia y el servicio de caridad; 5) Distinción de la “comunidad” de Jesús”, formada por los auténticos creyentes, y la iglesia como institución visible; 6) Prioridad de la misión; 7) Intensa expectativa escatológica inmediata. Menos importancia revisten para el movimiento evangélico la figura de la Iglesia, el ministerio, la liturgia y los sacramentos.

Dentro del movimiento evangélico encontramos algunas corrientes principales:

1) Los fundamentalistas (los que profesan una absoluta inerrancia de la Biblia); 2) Los evangélicos confesantes (que profesan tanto una fidelidad a la Biblia como a los escritos confesionales de la Reforma y su concepción de los sacramentos); 3) Los neo-evangélicos (que intentan establecer una mediación entre la fe bíblica y los conocimientos más modernos); 4) Los evangélicos radicales (aquellos que se caracterizan porque exigen la obediencia al sermón de la montaña, son pacifistas); 5) Los evangélicos carismáticos (que enfatizan el bautismo con el Espíritu Santo, y el ejercicio de los dones espirituales o carismas).

Un matiz que caracteriza a muchos de los grupos que integran el movimiento evangélico es el rechazo de la teología académica, y la consecuente poca valoración que se le da a la teología formal y al papel del teólogo en la iglesia.

Finalmente, diríamos que la llamada “Teología Evangélica”: “Tiene vínculos particulares con las características distintivas de la Reforma Protestante. Está dedicada profundamente a la centralidad de la Biblia, a su poder mediante el Espíritu Santo con referencia especial a la predicación, a su autoridad final en todo los asuntos de doctrina y vida, y a la necesidad de interpretarla tan natural como sea posible, y diseminarla ampliamente en el idioma vernáculo… el objetivo de la obra teológica no es tanto conocer la teología como conocer a Dios; las tentaciones de orgullo académico deben mortificarse, la teología debe hacerse dentro de una comunidad de amor y por amor otros, con la conciencia de que el regreso de Jesucristo y el día de rendir cuentas está cerca.” (B. Ferguson, Sinclair, y otros, editores. (2005). Nuevo Diccionario de Teología. USA: Casa Bautista de Publicaciones.)

Conclusiones:

1) El sentido confesional y actual de la palabra “evangélico” no se corresponde con su uso temprano en la historia de la Iglesia y del Cristianismo. En un principio ésta nunca señaló o distinguió a un grupo en oposición a otro dentro de la misma fe cristiana.

2) El sentido actual de la palabra "católico" tampoco se corresponde con su uso temprano en la Historia de la Iglesia y del Cristianismo. Originalmente se empleó para describir el carácter universal del cuerpo de Cristo, no para referir a una iglesia en sentido institucional.

3) El uso de la palabra “protestante” tiene su origen histórico unos doce (12) años después de haberse iniciado la Reforma Protestante.

4) El uso de la palabra “protestante” para señalar a los seguidores de las ideas y enseñanzas de los reformadores del siglo XVI, se originó en un contexto católico.

5) El uso de la palabra “catolicismo” para señalar a los que se mantuvieron fieles al tipo de cristianismo representado por la Iglesia de Roma, se originó en un contexto protestante.

6) Hoy la palabra “cristiano” sin más, puede hacer referencia a una persona que se ubica que cualquiera de las tres manifestaciones históricas del cristianismo: el ortodoxo, el católico y el protestante.

7) Hoy el calificativo “católico” hace referencia específicamente a una persona que se ubica específicamente dentro de la corriente del cristianismo católico romano con su sede central en el Vaticano.

8) Hoy el calificativo “evangélico”, además de su referencia literaria (conforme al evangelio o relacionado a los evangelios), se emplea confesionalmente para señalar a una persona que se sitúa dentro de la corriente del cristianismo derivada de la llamada “Reforma Protestante”.

9) A diferencia del calificativo “protestante” que se origina en un contexto católico, el calificativo “evangélico” consiste en una auto-proclamación de los movimientos derivados de la Reforma Protestante.

Al respecto, son interesantes e ilustrativas las siguientes palabras: Evangélico: Pentecostales y otras comunidades protestantes. Se han adjetivado así porque pretenden ser los fieles seguidores del evangelio” (De Pedro, Aquilino. (2000). Diccionario de términos religiosos y afines. España: Verbo Divino. Lo lamentable es que cada una de las expresiones históricas del cristianismo se considera a sí misma como la auténtica portadora de la verdad del evangelio. Es penoso que cada corriente valore muy poco lo que en su depósito teológico tiene en común con las demás manifestaciones históricas del cristianismo.

10) Que el cristianismo católico se autoproclame “la iglesia” (como si fuera la única expresión válida y legítima del cristianismo histórico) se equipara con las pretensiones de algunos grupos dentro del protestantismo cuando también se autoproclaman como la verdadera y única expresión válida del evangelio. En contra de que cualquiera de las tres expresiones del cristianismo histórico se autoproclame como la legítima expresión del evangelio y la única iglesia, están las evidencias aportadas por la Teología Bíblica del Nuevo Testamento.

La evidencia bíblica apunta a que Pablo fue el primero que usó la palabra “iglesia” para referirse a una comunidad local seguidora de Jesús (1 Tesalonicenses 1.1). Por otro lado, la evidencia bíblica también apunta a que originalmente cada comunidad local de fe constituía propiamente una iglesia, por lo que se hace necesario el uso del plural. En otras palabras, que en su sentido original o primario, la palabra “iglesia” en el NT es “comunidad local o conjunto de creyentes en Cristo reunidos o ubicados en un lugar específico” (1 Tesalonicenses 2.14). Desde sus orígenes, el cristianismo ha estado constituido por iglesias (en plural) y no por una iglesia (en singular). Por el Nuevo Testamento podemos afirmar que la iglesia de Corinto, la de Galacia, la de Tesalónica, etc. constituían con toda propiedad una iglesia, una expresión válida y legítima de la comunidad fundada en la obra redentora de Cristo.

Observación: Desde la perspectiva de los estudios históricos críticos, se afirma que la palabra “iglesia” (griego “ekklesía”) no tuvo durante el ministerio terrenal del Jesús histórico el sentido que se impuso desde los días del apóstol Pablo. Hay que recordar también que los evangelios se redactaron muy posteriormente a los escritos genuinos de Pablo. Esto apunta a que el uso de la palabra “iglesia” en Mateo 16.18 y 18.17 no prueba que el Jesús histórico haya conocido tal concepto. Recomiendo ver de nuevo lo que dije con relación al original calificativo que se usó para designar (ya sea como autodesignación o como designación desde afuera) a los seguidores del Jesús crucificado y resucitado.

Luego, también es cierto que encontramos en el Nuevo Testamento mismo un enfoque de la iglesia que no es local, sino más bien universal o cosmológico, que es el enfoque que encontramos en Efesios 1.22 y 23; Colosenses 1. 18; Mateo 16.18.

Por la evidencia de Efesios, Colosenses y Mateo, se puede decir que la iglesia en el sentido cosmológico o universal, está constituida por todos los creyentes en Cristo de todos los tiempos, lugares y épocas, trascendiendo necesariamente los límites de la iglesia en sentido institucional, local y denominacional (la ortodoxa, la católica y la protestante) ¿Estamos nosotros (los movimientos protestantes, la iglesia ortodoxa y la católica romana) en la capacidad de establecer y distinguir con propiedad quiénes forman parte o no de la iglesia en este sentido?

Recomendaciones:

1) Que cada expresión del cristianismo histórico tenga para con la otra, la actitud, el respeto y consideración que espera y le gustaría recibir de la misma.

2) Que cada expresión del cristianismo histórico sea capaz de evitar repetir los errores que la historia ha demostrado que han tenido lugar en las distintas expresiones de la fe cristiana.

3) Que cada expresión de la fe cristiana pueda dar pasos firmes a fin de tomar acciones en conjunto frente a una serie de males sociales (que cada una de ellas reconoce como tales). Esto no implica que un grupo absorba a otro. Se puede luchar contra males comunes sin que ningún grupo pierda sus características distintivas.

4) Que las distintas expresiones de la fe cristiana con presencia en la República Dominicana piensen menos en ellas mismas y consideren que Jesús con su ejemplo nos desafía a una vida de auto negación y servicio. Que reconozcan que existen para servir y no para ser servidas.

5) Que las distintas expresiones de la fe cristiana trabajen seriamente por las mejores condiciones de vida para la sociedad dominicana en general, contribuyendo al fortalecimiento de la institucionalidad y el estado de derecho.

6) Que los distintos grupos que profesan la fe cristiana procuren seriamente dar un testimonio adecuado, y coherente, procurando que sus acciones se igualen y conformen a sus palabras. Que su praxis (sus hechos) sea coherente con su discurso. Que su accionar confirme el valor y trascendencia de su teología. (HBOC)

3 comentarios:

  1. Yo considero que no debe vincularse la palabra evangélico con evangelio, sabemos que evangelio se refiere a las buenas nuevas de Jesús y, más bien creo que la palabra evangélico nos asocia con un grupo o doctrina religiosa que usa los evangelios. Cristo nunca habló de religiones. En tal sentido como Cristiano me niego a que se me diga: "¿tu eres evangélico?" porque mi respuesta ha sido siempre NO SOY EVANGÉLICO, soy cristiano porque sigo a Cristo. Si permito que me digan evangélico estoy aceptando que soy religioso o quie pertenezco a un grupo religioso. Nosotros debemos predicar el evangelio de nuestro Señor Jesucristo:..."Por tanto, id, y enseñad a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo..." Mateo 28:19. Eso es lo que debemos hacer, llevar las buenas nuevas de Jesús y Mateo escribió el primero de los 4 Evangelios plasmados en el Nuevo Testamento...es mi opinión muy personal, no pretendo generar polémicas en relación a la palabra evangélico, solo que ella me asocia con doctrina de hombre, grupo religioso o algo parecido,SOY CRISTIANO porque creo en JESUCRISTO. Amen!

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  2. Son términos referentes a la buenas buenas noticias que Jesucristo expresó cómo noticias nuevas de salvación igualmente identificaciones con las en eñanzas que es lo mismo que doctrina lo que se debe identificar si son en eñanzas que estén en armonía con las enceñanzas de Jesucristo que están vasadas en el antiguo testamento es una vanalida atribuir a alguna organización o denominación y religión las enseñanzas de Jesucristo plasmada en el nuevo testamento patrimonio de toda la Humanidad igualmente que los Apóstoles de Jesucristo no se llaman Cristianos más bien fue la gente que los llamó en Corintios a ellos por primera vez cristianos también fueron llamados seguidores de Jesús lo importante es que están registrados por puño y letra de los Apóstoles que fueron revelados a escribir por medio del Espíritu Santo además también sé llamaban hermanos en la fé y también por nombres propios no se ve aquí ninguna doctrina distinta doctrina extraña a las que están expresadas en el nuevo testamento además no son puntos de salvación expresar lo contrario a lo que está escrito en el nuevo testamento serías ser un Apóstata de la verasidad del Nuevo Testamento y más..?

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  3. No hay fecha y lugar a una historia etimológica del apelativo "Evangélico" que se halla registrado en alguna literatura fuera del cristianismo, ya que este es un termino adaptado al cambio de lenguaje a principios del siglo XX entre las vértices del Protestantismo.

    Pero si revisamos a la luz de las Sagradas escrituras, precisando en el Libro de los Hechos de los Apóstoles Capitulo 21 verso 1 al 9, pero resaltando el verso 8 nos dice claramente "Felipe el evangelista". El verso completo reza así: "Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él."

    En los viajes misioneros de Pablo a mediados del 58 d.C. Pablo visita la ciudad de Cesarea donde visitan a Felipe unos de los 7 diáconos elegidos en la iglesia primitiva después del día de Pentecostés Hechos 6:1-7. Pablo se refiere a Felipe como "El Evangelista" (Persona que predica o lleva el Mensaje del Evangelio = Las Buenas Nuevas).

    Por lo tanto Evangélico es un termino actual asociado de la palabra Evangelista, con la ligera diferencia de que actualmente "Evangélico" determina más un rasgo personal (Cómo viste, comportamiento social y religioso, entre otros), a "Evangelista" persona que ejerce la función de llevar el mensaje del Evangelio.

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