jueves, 30 de diciembre de 2010

Apocalíptica, escatología y víspera de año nuevo

Procurando entender el propósito de Dios para nuestro tiempo

Al acercarnos al inicio de un año nuevo es común pensar que algunos proyectos que quedaron inconclusos, estancados, sin terminar o que fueron aplazados en el año que está por terminar, de seguro lograrán su pleno desarrollo o un progreso significativo en el próximo año.

Pero, por otro lado, también está la incertidumbre (a pesar del deseo de tener un año próximo venturoso y próspero) de no saber si en realidad algunos proyectos terminarán por ser definitivamente aplazados, o si tendremos que formularnos serios replanteos con relación al conjunto de metas y aspiraciones que previamente nos habíamos trazado.

De todos modos, nos resistimos, y de manera muy natural, a no creer que en el próximo año no nos irá mejor, a que en realidad no avanzaremos y que no lograremos todo aquello por lo cual hemos luchado tanto.

¿Es siempre un año nuevo la aproximación a las definitivas y más plenas concreciones de nuestros proyectos? ¿Nos acercará o nos alejará todavía más de nuestros sueños, el año próximo?

¿Qué tiene que ver la apocalíptica con estas expectativas?

La apocalíptica fue una corriente de pensamiento judío que se desarrolló alrededor del siglo II antes de nuestra era. Se caracterizaba principalmente por la expectativa de que en cualquier momento el Reino de Dios irrumpiría en el escenario de la historia humana provocando su fin. Consecuentemente, su mensaje característico consistía en la proclamación de un fin y juicio divino inminentes, en su propio tiempo, en su propia generación.

Estrechamente ligada a la apocalíptica estaba la escatología. Esta última trataba describir los hechos o eventos finales y definitivos de la historia. Se nota, entonces, la estrecha relación entre la apocalíptica (con su lenguaje de símbolos y su proclamación de un fin inminente de la historia) y la escatología (aportando y describiendo los temas y eventos que se consideran propios de la época del fin).

Podemos decir que una característica distintiva del cristianismo, en toda su historia, es que cada generación de cristianos ha vivido y actuado bajo la premisa de que estaba viviendo la época del fin (actitud que ciertamente parece incrementarse al aproximarnos al fin de un año, y el inicio de otro nuevo). Pero, ¿de dónde saca el cristianismo esa esencial característica?

D. Ehrman (Jesús, el profeta judío apocalíptico) describe cómo las expectativas apocalípticas y escatológicas del cristianismo moderno hunden sus raíces en el mensaje mismo del Jesús histórico. En esta misma línea va E. P. Sanders (
Jesús y el Judaísmo; y La figura histórica de Jesús) cuando describe a Jesús como un “profeta escatológico”.

Algunos ejemplos de los evangelios que validan esta propuesta son:

“De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 35El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”

“De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios”

“También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.

De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 33El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”

Posteriormente, también vemos que las primeras dos generaciones de cristianos también se caracterizaron por la expectativa de que el fin tendría lugar en su tiempo (aunque también se percibe una especie de “desescatologización” en los libros más tardíos del NT, a pesar de Apocalipsis), consideremos por lo menos tres ejemplos:

“Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen; 30y los que lloran, como si no llorasen; y los que se alegran, como si no se alegrasen; y los que compran, como si no poseyesen; 31y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa”

“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”(1 Tesalonicenses 4.13-18).

Ahora bien, no se puede negar el hecho de que en la medida en que desapareció la primera generación de cristianos, el énfasis en la inminencia del fin de la historia se fue perdiendo. Consideremos por lo menos dos ejemplos:

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”(2 pedro 3.9).

Como segundo ejemplo quiero citar las llamadas epístolas o cartas pastorales (1 y 2 Timoteo, Tito), donde no se percibe el énfasis escatológico que se ve, por ejemplo, en 1 Corintios y en 1 Tesalonicenses.

Por otro lado, ante el hecho de que el Reino de Dios no se manifestara en los tiempos de Jesús, tal y como lo esperaba la tradicional esperanza mesiánica judía, y en la medida en que las primeras generaciones de cristianos fueron desapareciendo sin que las cosas ocurrieran como escatológicamente pensaban, el cristianismo ha acuñado (aunque en tiempos modernos) el muy conocido lema del “Ya, pero todavía no”.


Precisamente ante muchas especulaciones y expectativas que con relación al futuro proyectan diversos grupos dentro del cristianismo, y considerando la manera en que estas concepciones determinan muchas de nuestras actitudes frente al presente; quiero que consideremos la perspectiva de un Rabino del Judaísmo ortodoxo (Jacob Neusner) que, aunque supone una crítica al cristianismo (y de hecho, reflexiona desde otro marco de referencia), pienso que todavía podemos aprender mucho de su punto de vista, en relación a la manera en que entendemos que podríamos ser instrumentos de Dios en el presente, en el próximo año, y en los años venideros, cito: ¿Puede el reino de Dios venir pronto, en nuestros días, a donde estamos? La Torá no sólo dice que sí, sino que además muestra cómo. En realidad, de eso es de lo que habla. ¿Tengo que esperar entonces el reino de Dios? Desde luego, pero, mientras espero, hay cosa que tengo que hacer. Más exactamente, hay cosas que tenemos que hacer, y hacerlas (Un Rabino habla con Jesús, Ediciones Encuentro, España, año 2008, página 191).

Mi invitación es que, sin perder de vista la expectativa de la futura plena manifestación del Reino de Dios (esperanza común del judaísmo ortodoxo y de los cristianos), procuremos tratar de ver y entender a Dios y sus propósitos para nuestro tiempo, nuestros contextos y en las distintas problemáticas que desafían al ser humano de hoy.

Pidámosle a Dios que nos ayude a ser instrumentos suyos, para que juntos y, según nuestros dones y capacidades, logremos un testimonio cristiano más coherente, más integral e inclusivo, en fin, más humano.

Que Dios nos ayude y nos anime a ser mejores testigos e instrumentos suyos en el año 2011!

sábado, 25 de diciembre de 2010

Navidad, paganismo y redención

Un punto de vista crítico, pero optimista (y IV)

Mi personal respuesta a las principales y tradicionales objeciones a la navidad (continuación y conclusión)

3.-La iglesia primitiva no la celebró: Respuesta: La refutación a esta objeción va en la misma línea que la anterior, y entonces surge la pregunta: ¿Es verdad que todo lo que se practica en nuestras iglesias se basa en un ejemplo práctico que encontramos en el NT? ¿Será verdad que cuando nuestras iglesias quieren llevar a la práctica una determinada acción, buscan primeramente en la Biblia un ejemplo que le sirva de soporte y justifique dicha práctica?

De todos modos, es pertinente la pregunta: ¿Por qué no celebró la iglesia primitiva la navidad? Respuesta: En primer lugar, porque fue mucho después cuando se dieron las condiciones históricas que explican su origen. En segundo lugar, porque la reflexión teológica del Nuevo Testamento inició más bien en torno a los eventos que condujeron a la muerte de Jesús, y en torno a su resurrección. En este sentido resulta muy llamativo que mientras que Pablo se concentra precisamente en el Cristo crucificado y resucitado, surgieran después de Pablo (incluso después de su muerte), los evangelios, explicitando y poniendo de relieve algunos detalles y aspectos que no fueron necesarios, ni trascendentales para el proyecto teológico de Pablo.

Otro dato interesante es que muy posteriormente vemos que en el Concilio de Nicea del 325 d.E. las comunidades cristianas arribaran a concepciones y conclusiones cristológicas que iban más allá de las cristologías mismas del Nuevo Testamento.

Finalmente, esta objeción para sustentarse sólo en las principales características de la teología de Pablo, y parece menospreciar la teología y carácter general de los evangelios.

4.-La esencia de su nacimiento es la Salvación del mundo a través de su SACRIFICIO y no de su nacimiento. Respuesta: Esta afirmación, que parece una verdad incuestionable, es contradicha precisamente no por un libro escrito por Benjamín Olea Cordero, ni por un libro apócrifo, sino por dos libro canónicos como Mateo y Lucas. Digo esto, pues para la teología de estos dos libros (Mateo y Lucas) sí fue necesario dar una descripción del nacimiento de Jesús y sus circunstancias.

El problema está en que, en verdad, una cosa no va en contra de la otra. El que la teología paulina no dé mucha importancia no sólo a las circunstancias que rodearon el nacimiento de Jesús, sino propiamente a la mayoría de los detalles relacionados con su ministerio terrenal; todavía esto no ha de tomarse como base pare ignorar que estos detalles sí fueron aspectos importantes para la teología de los evangelios. ¿Le impondremos a los evangelios la teología paulina? ¿Le impondremos a Pablo la teología de los evangelios? Vuelvo a insistir que dado el hecho de que el Nuevo Testamento es más bien un conjunto de teologías, lo que se nos impone es que valoremos en su justa proporción la teología de cada género literario y de cada libro del NT es este caso.

5.-La Biblia nos instruye a recordar su Sacrificio a través de la santa cena. Respuesta: Esta es una verdad a la que podemos añadir que el mismo NT nos dice que al celebrar la santa cena se implican dos cosas: 1) un recordatorio del sacrificio vicario o sustitutivo de Cristo, y 2) la confesión en la esperanza de su segunda venida (1 Corintios 11.26). No obstante, recomiendo considerar de nuevo las respuestas dadas a las objeciones 2 y 3, y con especial atención mi respuesta a la pregunta ¿Por qué no celebró la navidad, la iglesia primitiva?

6.-La Biblia condena las tradiciones y enseñanzas de hombres. Respuesta: Lo que la Biblia condena es que la voluntad de Dios expresada en sus mandamientos sea sustituida por mandatos no autorizados por él, y que conllevan una postura contradictoria al espíritu de los mandamientos de Dios. Pero, ¿qué es un mandamiento de hombre? ¿Es posible redimir una práctica que originalmente no surgió como un mandamiento expreso de Dios? Creo que sí, y un claro y preciso ejemplo de esta real posibilidad lo constituye que el Judaísmo haya adoptado la circuncisión como señal del pacto de Dios con Abraham, también el papel que el Cristianismo le ha otorgado a la resurrección, aspecto doctrinal que, en primer lugar, pone de manifiesto la influencia de la religión persa en el judaísmo y, en segundo lugar, la influencias del fariseísmo (o corriente de los fariseos) en el cristianismo como tal. Estos dos ejemplos muy concretos dejan ver que la iglesia puede redimir una práctica o rito que en principio no surgió en un ambiente cristiano ni en un ambiente judío, y que originalmente tenía o perseguía un propósito (y hasta un uso) diferente.

7.-Dios condena aquellos que adhieren o le quitan a la enseñanza de su palabra, "la navidad" no tiene fundamento bíblico. Respuesta: ¿Cómo saben estos las personas que se oponen a la celebración de la navidad? Esto, más que un juicio bien fundado, constituye una suposición falsa que no pasa el examen bíblico y teológico. Celebrar la navidad no constituye en ninguna manera una añadidura o adición a la palabra de Dios. Además, tal postura parece desconocer cómo se articula el pensamiento y discurso teológico. El discurso teológico no se sustenta únicamente en los mandatos expresos que hay en la Biblia, ya sea en forma positiva o negativa, sino también en los elementos y evidencias que se encuentran en la Biblia de forma implícita, y que de manera legítima puedan considerarse parte del discurso bíblico.

Además, esta objeción manifiesta, por un lado, un desconocimiento total del papel de los relatos de anunciación de Mateo y Lucas en la cristología de estos dos evangelios, y por otro lado, pretende minimizar el papel de los datos que aportan dichos relatos en la articulación, justificación, estructuración y caracterización de la navidad.

8.-Esta tradición era darle culto al "dios sol" Nimrod. Respuesta: Si es cierto que la fiesta de la navidad tiene elementos que obviamente no surgieron en el ambiente propiamente judío ni cristiano, el ejemplo de lo que hizo la religión judía en el AT con la circuncisión, y el NT (previamente la corriente de los fariseos, y posteriormente el mismo Jesús, y lo apóstoles) con la resurrección, son muy buenos ejemplos que nos permiten un buen argumento para decir que el hecho de que una práctica o fiesta originalmente haya perseguido otros fines, no significa que no podamos redimirla y dotarla de un nuevo significado.

Además, no es verdad que la persona que hoy celebra la navidad le está rindiendo culto al dios sol. Además, si la fecha, el arbolito, las luces, regalos, etc. son tomados en serio para considerar el origen pagano de la navidad; creo que también hay que tomar en serio los elementos de la navidad que aporta la Biblia misma, la narrativa bíblica, para considerar su cristiandad u origen cristiano.

Los elementos de la Navidad que aporta la misma Biblia son, por ejemplo, el niño que nace, la narración de ese hecho, el nombre del padre y la madre del niño, la estrella, los pastores, los ángeles, los magos, el pesebre o establo, la ciudad de Belén, etc. Nadie puede negar que estos últimos elementos o aspectos los aporte la Biblia misma, específicamente la literatura canónica propiamente cristiana.

Finalmente, entiendo que una cosa es decir que la navidad tiene elementos de origen pagano, y otra cosa es que la navidad sea en sí una fiesta pagana. Creo que así como la redención de la circuncisión, que tuvo un origen pagano, al ser redimida se la consideró judía; pienso que la navidad, al ser redimida, puede considerarse cristiana.

Reconozco que este es un tema en el cual los cristianos quizás nunca nos pondremos de acuerdo; sin embargo, el que no podamos lograr el anhelado consenso y unidad en este y otros temas, no debe hacernos perder de vista la necesidad de esperar la esencial y debida consistencia en el intérprete y en la comunidad interpretativa.

Una cosa es la imposibilidad de lograr un absoluto consenso en algunos temas, y 2otra cosa es que no seamos consecuentes y consistentes (como intérpretes en particular, y como comunidad interpretativa) con las premisas que de manera libre nos impongamos como base para evaluar una determinada creencia o práctica. Diversidad no debe ser sinónimo de inconsistencia.

¡Que Dios nos siga iluminando en estos caminos!

viernes, 24 de diciembre de 2010

Navidad, paganismo y redención

Un punto de vista crítico pero optimísta (tercera parte)

Orígen histórico de la navidad


El Diccionario de espiritualidad (tres tomos, de la Editorial Herder, 1987) y dirigido por Ermano Ancilli, menciona tres causas que originaron la navidad: 1) Una eclesiológica (que también podría denominarse Cristológica), 2) una sociológica (que también podría denominarse “pragmática”) y 3) una política (que también envuelve una actitud pragmática).

1) La causa eclesiológica explica el origen de la navidad como el intento de profundizar y enfocar con nueva luz los aspectos que ponen de relieve la grandeza y la naturaleza divina del verbo encarnado, ante la herejía arriana que ponía en duda la divinidad de Cristo.

2) La causa sociológica explica el origen de la navidad como la absorción y cristianización de la heliolatría (culto al sol) que era el resultado de un sincretismo político religioso entre el culto imperial y el culto oriental de Mitra. Entre los siglos III y IV la heliolatría se presentaba como la última forma heredada del paganismo romano.

3) La causa política explica el origen de la navidad como favorecida y apoyada plenamente por el emperador Constantino como una fiesta que servía para reforzar su política. La política de Constantino, pues se afirma que éste con su familia era partidario del monoteísmo solar.

Se dice que el “Sol invictus” figura en sus monedas hasta el 324 d.C. Cuando Constantino legisló sobre la semana, utilizó siempre, para indicar el domingo, la expresión “día del sol” (idea que refleja todavía el inglés Sunday). El 7 de marzo de 321 Constantino dispuso precisamente que se hiciese fiesta en el venerable “día del sol” (es la fecha del origen del descanso dominical) y más tarde autorizó también en ese día la emancipación de los esclavos. (Tomo II, páginas 679-682).

Ahora bien, en cuanto a los relatos del nacimiento de Jesús de Mateo y Lucas, podemos decir que ciertamente no establecen la fecha del nacimiento de Jesús, ni parece que pretendieran hacerlo; pero sí dejan ver que, por lo menos, para dos de los cuatro evangelios canónicos fue importante para su teología presentar un relato o descripción del nacimiento de Jesús. Esto es indiscutible y debe ser aceptado por los que se oponen a la celebración de la navidad.

Creo ciertamente que el hecho de que dos de los cuatro evangelios canónicos hayan tenido como importante para su teología, ofrecer una descripción del nacimiento de Jesús, es un argumento que debe ser tomado en serio, si queremos ser coherentes en mantener la Biblia como un referente indispensable para nuestra reflexión teológica. Lo triste es que hay personas que cuando la Biblia parece no darle la razón, prefieren ignorarla.

Mi personal respuesta a las principales tradicionales
y o
bjeciones a la navidad

Ahora, yo quiero refutar aunque de manera precisa y concisa, algunas de las tradicionales y principales objeciones que algunos hacen a la celebración de la navidad:

1.-No es la fecha en que nació (25 de diciembre): Respuesta: ¿Es posible sugerir una fecha alternativa? Esta realidad (que Jesús no nació un 25 de diciembre) si bien es reconocida por todos los que aprobamos la celebración de la navidad, no niega; sin embargo, que Jesús realmente nació. Luego hay que decir que no celebramos el día que Jesús nació, sino la realidad de que nació, y promovemos la reflexión en torno a la razón y explicación teológica que motivó su nacimiento.

¿Por qué no vemos que las personas e instituciones que se oponen a la celebración de la navidad en diciembre, la celebren en la fecha que entienden que se ajusta mejor a la realidad histórica? Luego hay que decir que en verdad no la celebran en otra fecha alternativa porque simplemente entienden que no hay razón para celebrarla. Entonces, no es realmente un asunto de fecha, otras son las razones, como la objeción que sigue a continuación.

2.-La Biblia no nos instruye a celebrarla. Respuesta: Ciertamente esta es una verdad incuestionable, no obstante, también es honesto reconocer que la Biblia tampoco la prohíbe, y esta es otra verdad también incuestionable. En realidad una cosa es que la Biblia prohíba una determinada práctica y otra que sencillamente no la ordene, mande o instituya. ¿Cuántos elementos de nuestras tradiciones cristianas (eclesiales y teológicas), si bien no cuentan con una prohibición bíblica, tampoco cuentan con un mandato bíblico que las instituya u ordene?

Luego, al llegar este punto, uno tiene que preguntarse sobre la coherencia de la iglesia y de las personas que levantan esta objeción, pues cabe la pregunta: ¿Será verdad que todo lo que vemos que practican nuestras iglesias se basa en un mandato bíblico, o se ajusta a la forma y modelo que se ve en la Biblia?

¿Por qué no asumir la misma postura, la misma crítica con relación a otras prácticas que tienen nuestras iglesias, y que sabemos que no cuentan con un mandato bíblico como soporte? ¿Sería acertada la opinión de que tenemos muchos ejemplos donde la iglesia no sólo es que no cuenta con un mandato bíblico para hacer una determinada cosa, sino que además, adopta una postura diferente y argumenta contradictoriamente al ejemplo que sí encontramos en la Biblia, pensemos, por ejemplo, en la Santa Cena. ¿Es verdad que practicamos la Santa cena (comunión, eucaristía, etc.), tal y como se ve en la Biblia? Consideremos seriamente a Mateo 26.17-29; Ahora bien, quiero volver de nuevo a los relatos de Mateo y Lucas, y me pregunto: ¿Podría la comunidad cristiana haber justificado la celebración de la navidad si no existieran los relatos del nacimiento de Jesús que encontramos en Mateo y Lucas?

Pienso que debemos tomar más en serio, nos guste o no, los relatos de Mateo y Lucas sobre el nacimiento de Jesús, en esta discusión. Por otro lado, se espera consistencia cuando una persona o sistema adopta una determinada regla para juzgar lo que cree y lo que practica. Por ejemplo, la persona que afirma que sólo ha de creer y practicar aquello que manda u ordena la Biblia, ya sea explícita o implícitamente, o cómo se ve en la Biblia que una práctica se llevó a cabo; entonces y, en consecuencia, no debe practicar aquello que la Biblia no manda (más bien lo que la Biblia condena o prohíbe, pues no es lo mismo), y no debe realizar un determinado rito sino en la forma, frecuencia y contexto en que se ve en la Biblia.

Creo también que en esta discusión hay que considerar seriamente el tipo de relación que existe entre la Biblia y la comunidad interpretativa. Si la persona o sistema (comunidad interpretativa) que afirma que su práctica y creencia es determinada sólo por la Biblia; pero posteriormente, con relación a una determinada práctica o creencia, adopta una postura diferente a la que se ve en la Biblia, y pretende tener los argumentos necesarios para justificar esa diferencia; es porque en el fondo asume que la comunidad interpretativa tiene la debida autoridad para justificar el que una creencia o práctica se lleve a cabo de una manera diferente a como se ve en la Biblia (y lo que también es igual, para aprobar o hacer suya una práctica que si bien no es ordenada en la Biblia, tampoco es prohibida).

Cuando una persona o sistema apela a documentos confesionales para explicar o justificar una determinada postura, tácitamente está reconociendo la autoridad de la comunidad interpretativa, aun cuando invoque a una supuesta revelación que sea posterior al cierre del canon. De todos modos es una afirmación de una comunidad interpretativa, y es ella la que justifica un determinado cambio, sin poder decir que la Biblia afirma que tal práctica debe realizarse como ella (dicha comunidad interpretativa) la practica. Además, es la comunidad interpretativa la que se ha expresado con relación a la Biblia, la que se ha impuesto una determinada visión de la Biblia; visión que en muchos casos no es sustentada por la Biblia misma.

En conclusión, hay que decir también, que auque no se esté consciente de ello, es la comunidad interpretativa la que determina si para ella un hecho o relato tiene el carácter de normativo o descriptivo. Por eso se impone que establezcamos una diferencia esencial entre el hecho de que la Biblia sí mencione o incluya un relato, y el significado y la forma en que lo adopta una comunidad interpretativa específica. Puesto que hay distintas comunidades interpretativas, se explica también que tengamos interpretaciones muy disímiles de un mismo hecho o relato bíblico.

Lo interesante es que este fenómeno ya se ve en la Biblia misma, compárese por ejemplo, las genealogías de Jesús según Mateo y Lucas; también la diferencia entre Mateo y Lucas en cuanto a quiénes son los pobres bienaventurados (Mateo 5.3 y Lucas 6.20); también la redacción diferente del mismo décimo mandamiento del decálogo en Éxodo 20.17 y Deuteronomio 5.21.

Hasta mañana si Dios nos lo permite!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Navidad, paganismo y redención

Un punto de vista crítico, pero optimista (Segunda parte)

Otras preguntas para reflexionar

A) ¿Establecen los relatos evangélicos (Mateo y Lucas) del nacimiento de Jesús cierta base para la validación de la navidad? Personalmente pienso que sí.

Además, como ya he dicho antes, el que la teología paulina no dé mucha importancia no sólo a la circunstancias que rodearon el nacimiento de Jesús, sino a la mayoría de los detalles relacionados con su ministerio terrenal; todavía esto no ha de tomarse como base para ignorar que estos detalles sí fueron aspectos importantes para la teología de los evangelios.

Es más, una característica esencial de un “evangelio”, como literatura, es su concentración en la vida, enseñanzas, obras, muerte y resurrección de Jesús.

Por otro lado, atendiendo a la realidad ineludible de las distintas cristologías que se desarrollan en el Nuevo Testamento mismo, y al hecho de que el Nuevo Testamento es más bien un conjunto de teologías que una sola teología en sí; podemos concluir que ciertamente el proyecto teológico de Pablo (con su énfasis en el “Cristo crucificado y resucitado”) contrasta con algunos de los aspectos fundamentales de la teología de los evangelios en general, y de manera particular con la cristología de la concepción de Mateo y Lucas.

De todos modos, lo que se impone es que valoremos en su justa proporción los elementos propios y característicos de la teología de cada libro del Nuevo Testamento. Y, después de todo, no se olvide el matiz cristológico de los relatos del nacimiento de Jesús, de Mateo y Lucas (léase mi artículo “¿Nació Jesús en Belén? Un análisis crítico a la luz de la “crítica de las formas”).

B) ¿Podría el cristianismo haber justificado o inventado la navidad si no existieran los relatos canónicos sobre el nacimiento de Jesús que encontramos en el NT (Mateo y Lucas)? Personalmente me parece muy difícil, por no decir imposible.

C) ¿Qué elementos de la navidad nos aportan o se pueden extraer de los relatos de Mateo y Lucas?

Los elementos de la Navidad que aporta la Biblia misma son, por ejemplo, el niño que nace, la narración de ese hecho, el nombre del padre y la madre del niño, la estrella, los pastores, los ángeles, los magos, el pesebre o establo, la ciudad de Belén, etc. Nadie puede negar que estos últimos elementos o aspectos los aporta la Biblia misma, específicamente la literatura canónica propiamente cristiana, pero sólo en los relatos del nacimiento de Jesús de Mateo y Lucas.

D) ¿Qué tan originales son los relatos del nacimiento de Jesús de Mateo y Lucas? A la luz de la llamada “Crítica de las formas” se puede comprobar que Mateo y Lucas no son originales, sino que hicieron uso, que dependen de un molde o esquema literario conocido en el AT, y llamado “esquema de anunciación.

Gerhard Lohfink plantea que al observar los detalles y el esquema del anuncio del nacimiento de Juan el bautista y el anuncio del nacimiento de Jesús, se percibe que tales relatos obedecen rigurosamente a un esquema único conocido como “esquema de anunciación” (“Ahora entiendo la Biblia”, página 166).

Las partes de dicho esquema son:

1) Aparición de un ser celeste

2) Anuncio del nacimiento de un hijo

3) Imposición del nombre

4) Revelación de su futuro

Ahora bien, aunque una lectura superficial no lo ponga en evidencia, una lectura atenta pone de manifiesto que este molde es tomado del AT por los evangelistas. Tres ejemplos bastarán para confirmar e ilustrar perfectamente el uso habitual de este molde.

Primer ejemplo: el anuncio del nacimiento de Ismael. Vayamos a Génesis 16.7-12. Observemos las partes.

1) Aparición de un ser celeste: Génesis 16.7.9 “Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur. Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora. Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano.

2) Anuncio del nacimiento de un hijo: Génesis 16.10-11a “Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo.

3) Imposición del nombre: Génesis 16.11b “y llamarás su nombre Ismael

4) Revelación o indicación de su futuro: Génesis 16.12 “Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará.

Segundo ejemplo: el anuncio del nacimiento de Isaac. Vayamos a Génesis 17.15-19. Observemos las partes.

1) Aparición de un ser celeste: Génesis 17.15 “Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre.

2) Anuncio del nacimiento de un hijo: Génesis 17.16-19a “Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella. Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir?Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti. Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo.

3) Imposición del nombre: Génesis 17.19b “y llamarás su nombre Isaac

4) Revelación o indicación de su futuro: Génesis 17.19c “y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él.

Tercer ejemplo: el anuncio del nacimiento de Sansón. Consideremos a Jueces 13.1-5.

1) Aparición de un ser celeste: Jueces 13.1-3a “Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de los filisteos por cuarenta años.

Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, y nunca había tenido hijos. 3A esta mujer apareció el ángel de Jehová, y le dijo: He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos.

2) Anuncio del nacimiento de un hijo: Jueces 13.3b-5a “pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda. Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo.

3) Imposición del nombre: Faltó este único elemento.

4) Revelación o indicación de su futuro: Jueces 13.5b “y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.

Analicemos ahora el relato del anuncio del nacimiento de Juan el bautista. Vayamos a Lucas 1.11-17. Observemos las partes.

1) Aparición de un ser celeste: Lucas 1.11-13a “Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso. Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso.

Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor. Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída.

2) Anuncio del nacimiento de un hijo: Lucas 1.13b “Y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo.

3) Imposición del nombre: Lucas 1.13c “Y llamarás su nombre Juan.

4) Revelación o indicación de su futuro: Lucas 1.14-17 “Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

Analicemos ahora el relato del anuncio del nacimiento de Jesús.

En primer lugar, consideremos el relato de Mateo, y en un segundo momento el relato de Lucas. Vayamos, pues, a Mateo 1.20-23.

1) Aparición de un ser celeste: Mateo 1.20 “Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.

2) Anuncio del nacimiento de un hijo: Mateo 1.21a “Y dará a luz un hijo.

3) Imposición del nombre: Mateo 1.21b “Y llamarás su nombre JESÚS.

4) Revelación o indicación de su futuro: Mateo 1.21c “Porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

Consideremos ahora el relato del anuncio del nacimiento de Jesús en Lucas 1.26-33.

Observemos las partes.

1) Aparición de un ser celeste: Lucas 1.26-30 “Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.

2) Anuncio del nacimiento de un hijo: Lucas 1.31a “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo.

3) Imposición del nombre: Lucas 1.31b “Y llamarás su nombre JESÚS.

4) Revelación o indicación de su futuro: Lucas 1.32-33 “Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

Sin duda, este análisis pone en evidencia que “los relatos de anunciación” de Mateo y Lucas no son originales, que obedecen a unos arreglos literarios y, que son razones teológicas las que explican su forma, elementos, arreglo y detalles.

Hasta mañana si Dios nos lo permite!

lunes, 20 de diciembre de 2010

Navidad, paganismo, y redención

Un punto de vista crítico, pero optimista (primera parte)

Introducción:

1) ¿En qué consiste el paganismo?

La palabra “paganismo” viene del latín “pagus” (campo, terrenos de una aldea, rústico, habitante del campo). Más tarde se llamó pagano al “civil” o “burgués” en contraposición al militar. Luego los paganos vinieron a ser los no cristianos que quedaban en los medios rurales, entre los que más tarde se difundido el cristianismo. (Diccionario de las ciencias humanas, Verbo Divino, 1997).

Históricamente, pagano ha venido a ser sinónimo, para el AT, en un principio, básicamente lo no judío, casi estrictamente “lo cananeo”, y luego, lo de origen babilónico, persa, etc.; para el NT, lo “no cristiano”, básicamente lo grecorromano.

Finalmente, el Diccionario breve de pastoral (Verbo Divino, 1999) afirma que en sentido general, paganismo significa todo sistema religioso diferente del cristianismo; se excluyen de esa denominación el judaísmo y el Islam (religiones abrahámicas procedentes de una revelación inicial común). El paganismo comprende por tanto todas las religiones politeístas, panteístas, incluso monoteístas no cristianas y no judías.

2) ¿En qué consiste el sincretismo?

El término “sincretismo” fue usado originalmente por Plutarco (biógrafo y ensayista griego, cerca del 46 al 125 d.C.) para referirse a la capacidad de las distintas facciones cretenses en guerra de unirse frente a un enemigo común. En el siglo XVII se le aplicó el término a aquellos como Georg Calkixtus (1586-1625), que buscaban la unidad entre las distintas denominaciones protestantes. En el siglo XIX fue adoptado por la escuela de la historia de las religiones para describir cualquier religión que sea el resultado de la fusión de dos o más religiones.

Los erudítos bíblicos de esta escuela han sostenido que tanto la religión del AT como del NT son sincréticas: que la religión del AT es una fusión de la religión babilónica y la hebrea (Herman Gunkel, 1862-1932), o de la fenicio- cananea y la hebrea (Ivan Engnell, 1906-64); mientras que la religión del NT es una fusión del judaísmo helenístico y la religión primitiva de Jesús (Bultmann, 1884-1976). (Nuevo Diccionario de Teología, Casa Bautista de publicaciones, 2005).

3) ¿Qué diferencia se puede establecer entre el paganismo y el sincretismo?

En esencia el paganismo comprende elementos extraños al cristianismo y que son propios de religiones diferentes al Judaísmo, aunque además hay los que junto al Judaísmo excluyen también al Islam. Luego, hay que decir que el proceso mediante el cual una religión o cultura adopta un elemento extraño a sí misma (pagano o no) involucra un sincretismo en algún sentido, entendido el sincretismo como mezcla, fusión o combinación.

Concluímos, pues, en que el sincretismo supone tomar elementos de otra religión o cultura, y adaptarlos a la propia, dotándolos de algunas características nuevas y distintivas. En cuanto a la diferencia, diríamos que, el paganismo es o representa el elemento extraño, y el sincretismo es el medio o proceso mediante el cual una religión o cultura adopta y asimila dicho elemento. Obviamente, hay que decir que no se descarta (y que por el contrario es muy probable) que en el paganismo ya se haya dado previamente alguna o cierta forma de sincretismo.

I) ¿En qué consiste la redención de un determinado elemento, rito, concepto, práctica, etc.? ¿Hasta donde es posible? ¿Quién habría de fijar los límites?

Consiste en asimilar elementos de otra cultura o religión, dotarlos de nuevos significados y de algunas características distintivas en el nuevo contexto en que se asume y se practica. Por otro lado, en cuanto a si es posible y correcta tal asimilación, creo que tanto el AT como el NT nos permiten dar una respuesta positiva.

En cuanto hasta dónde es posible, el asunto se vuelve más problemático, pues lo que un grupo entiende que puede asimilar y justificar sin perder la esencia de su propia confesión, otros, en cambio, se resisten, opinan todo lo contrario, y viceversa. Por esta razón es que se hace necesario hacer hincapié en el papel de la comunidad intérprete o hermenéuta en este proceso, pues es ella la que al fin y al cabo decide adoptar una postura de apertura o de exclusión frente a un hecho.

¡Hasta mañana si Dios nos lo permite!

domingo, 19 de diciembre de 2010

Navidad: paganismo y redención

Un análisis crítico, pero optimista (conclusión)

La resurrección (palabra que no aparece en el AT) y su entrada tardía en la religión hebrea (influencia persa)

Quiero iniciar esta sección con las siguientes palabras: “Según una opinión bastante extendida, la idea de la resurrección no había tomado cuerpo, en el pensamiento judío, hasta comienzos del siglo II antes de nuestra era. Después de las persecuciones de Antíoco Epífanes contra los que se oponían a la helenización del pueblo judío y querían salvaguardar las prescripciones de la ley mosaica tal y como era interpretada en aquella época” (¿Es necesario aún hablar de «resurrección»? de Marie-Émile Boismard, Desclée De Brouwer, página 17)

La resurrección es un tema vital para el cristianismo (1 Corintios 15), sin embargo, lo cierto es que esta doctrina vino a entrar muy tarde en algunos sectores del judaísmo (como una influencia de la cultura y religión persa), además de que tampoco logró ser aceptada por todos los grupos del judaísmo. Por ejemplo, en el NT encontramos evidencias de que los saduceos no creían en la resurrección, pero los fariseos sí (Mateo 22.23; Hechos 23.6-10). Luego, hay que decir también que si bien esta doctrina es muy prominente para el cristianismo, se lo debe a una influencia directa de la corriente sobre el mismo. No olvidemos que Pablo, el gran paladín cristiano del la resurrección, era de la corriente de los fariseos (Hechos 23.6; Filipenses 3.4-5) ¿Casualidad?

Es preciso decir también que por la forma en que Jesús vivió, como enseñó, vivió y abordó una serie de temas, y también concordaba con la corriente de los fariseos (compárese Mateo 22.23-33). Recordemos que en el NT vemos a Jesús enfrentando el liderazgo del templo, nicho de los saduceos y su corriente (Mateo 24.1-2; Marcos 13.1-2; también Mateo 21.12-13; Lucas 19.45-46); sin embargo y, por otro lado, vemos a Jesús haciendo uso de la palabra en la sinagoga, nicho de la corriente de los fariseos (Mateo 12.9; Lucas 4.16-17; Juan 6.59). Además, notamos cómo muchos de la corriente de los fariseos entraron a formar parte del movimiento de los seguidores de Jesús, y tuvieron un papel preponderante en la problemática que originó el conocido concilio o asamblea de Jerusalén (Hechos 15.5).

Por otro lado, tengo que decir que los esenios (a los cuales no hay referencia directa en el NT) también creían en la resurrección.

A pesar de la importancia que tuvo la resurrección para los fariseos (por influencia persa), y luego para el cristianismo (por la corriente de los fariseos), lo cierto es que este elemento no es original de la religión hebrea (principalmente en la corriente de los fariseos), ni del cristianismo.

Para concluir este apartado voy a citar unos párrafos de un interesante artículo que hallé en la Internet, titulado Persia y la Biblia (http://www.veghazi.cl/biblia/biblia11.html):

“Los libros antiguos de la Biblia judía no conocen la idea de la resurrección; sólo se creía que "la memoria del justo será bendita, pero el nombre de los impíos se pudrirá" (Prov. 10. 7).

En el Libro de Job, redactado probablemente hacia fines de la época persa, se plantea la cuestión de la vida del más allá y de la resurrección en forma más concreta: "Pero el hombre muere y desaparece; el hombre expira; ¿y donde estará? Se agotan las aguas de un lago y un río mengua y se seca, así yace el hombre y no se vuelve a levantar. Hasta que no haya más cielos, no lo despertarán, ni lo levantarán de su sueño" (Cáp. 14. 10-12). Si el hombre muere, ¿volverá a vivir? "Yo esperaría todo el tiempo necesario hasta que viniera el alivio de mis penas" (Cáp. 14. 14).


El Libro de Isaías (Cáp. 26.19) representa un paso más en la aceptación de las ideas persas acerca de la resurrección: "Tus muertos volverán a vivir, sus cadáveres se levantarán. ¡Despertad y cantad, oh moradores del polvo! Porque tu rocío es como rocío de luces y la tierra dará a luz a sus fallecidos". "Tus muertos", o sea los muertos de Dios, es decir, los piadosos y los mártires, por lo tanto la resurrección tocará sólo a los buenos.

El apocalipsis del Libro de Daniel refleja la idea dualista de la resurrección: "Y muchos de los que duermen en la tumba serán despertados, unos para la vida eterna y otros para la vergüenza y horror eternos. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento y los que enseñaban justicia a la multitud, brillarán como las estrellas, por toda la eternidad" (Cáp. 12. 2-3).

Según este concepto, no sólo los justos resurgirán como pre­mio por su honestidad y justicia, sino también los malos, para recibir su castigo. La resurrección no es todavía para todos los muertos.

En el Libro de Daniel la resurrección de los muertos acompaña al juicio final y también la llegada del Mesías (Cáp. 7. 9-10 y 14-15). La presencia del juicio final y sus elementos característicos, como el río, el fuego, los libros abiertos de los hechos realizados por los seres humanos, la resurrección y la llegada del Mesías significan la incorporación de elementos coherentes y seguidos por el zoroastrismo en el pensamiento religioso de los judíos.

Las ideas de la resurrección, del juicio final y de la llegada del Mesías son ideas básicas de los esenios. Ellos absorbieron también otros conceptos de la religión persa, especialmente la visión dua­lista del mundo.”

Este interesante artículo concluye con las siguientes palabras:

“Aunque no mencionamos en forma amplia la influencia persa en la vida socio-económica y cultural, podemos subrayar que la influencia religiosa persa fue muy importante en el desarrollo de las religiones monoteístas. La idea de la Salvación, el Hijo del Hombre, el Mesías, el Juicio Final, la Resurrección, la Inmortalidad tuvieron sus raíces en la cultura religiosa persa.

La presencia de estas ideas en la Biblia como consecuencia de su historia y de su desarrollo espiritual-cultural está enraizada en el judaísmo, y así es comprensible que los conceptos de origen persa se hayan integrado orgánicamente en el pensamiento religioso judío, como si fuesen elementos completamente originales y pro­pios. Lo mismo se puede decir con respecto al cristianismo primiti­vo, agregando que la influencia persa le había llegado no en forma directa sino por el sincretismo helenista. La incorporación de estas ideas en el Nuevo Testamento y en la teología cristiana es más acentuada para demostrar la diferencia entre el judaísmo y cristia­nismo y abrir las puertas para los gentiles quienes eran más helenizados que los judíos.”

7) Los nombres del calendario hebreo

A pesar de que muchos judíos presumen de su pureza y atacan al cristianismo por las influencias helenas y babilónicas, lo cierto es que los nombres de los meses del calendario hebreo todavía en vigencia, por influencia babilónica, corresponden a nombres de dioses babilónicos, si no todos, algunos sí, como Tamuz.

Los nombres de los meses en el calendario hebreo son:

1) Tishrei (entre septiembre y octubre)

2) Jeshván Llamado también Marjeshván (octubre o noviembre)

3) Kislev (noviembre o diciembre)

4) Tevet (diciembre o enero)

5) Shevat (enero o febrero)

6) Adar (febrero o marzo)

7) Nisán (marzo o abril)

8) Iyar (abril o mayo)

9) Siván (mayo o junio)

10) Tamuz (junio o julio)

11) Av (julio o agosto)

12) Elul (agosto o septiembre)

Conclusión: Pienso que después de considerar en esta serie: 1) Cómo la religión judía ha sido influenciada incluso en sus textos sagrados por elementos egipcios, cananeos, babilonios, persas y helenos. 2) Cómo las características de la religión judía del primer siglo de nuestra era impactó de manera decisiva al cristianismo naciente. 3) Cómo el helenismo también dejó su impronta en el cristianismo, habiendo influenciado previamente al judaísmo. Creo que estamos mejor preparados para embarcarnos con propiedad y con sentido crítico, pero optimista, en nuestro tema de fondo: “Navidad, paganismo y redención”.

Bendiciones!

sábado, 18 de diciembre de 2010

Navidad: paganismo y redención

Un análisis crítico, pero optimista (Observaciones previas 3)

3) El paralelismo entre el Himno a Ra (egipcio, fechado entre el 2575-2134 a. E.) y el relato de creación de Génesis 1.

“Cuando empecé por primera vez a crear, cuando a solas planeaba y diseñaba todas las criaturas, no había exhalado a Shu el viento, no había escupido a Tefnut la lluvia, no había ni una sola criatura viva. Diseñé una multitud de criaturas vivas, todas estaban en mi corazón, y sus hijo
y sus nietos” (Paralelos, páginas 6 y 7).

4) La lluvia como regalo de Baal (en la cultura y religión cananea) pasa en la religión hebrea a ser un regalo de Yahvé

En la cultura y religión cananea la lluvia, que era un recurso primordial para la agricultura, era considerada como un don o regalo de sus dioses, sobre todo de Baal, fue asumida por los hebreos como un regalo de Yahvé.

Considérese Amós 5.7-8 y Jeremías 5.24

Amós 5.7-8 “7Los que convertís en ajenjo el juicio, y la justicia la echáis por tierra, 8buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre.

Jeremías 5.24 “Y no dijeron en su corazón: Temamos ahora a Jehová Dios nuestro, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo, y nos guarda los tiempos establecidos de la siega.

5) El paralelismo entre “Anubis” y “Bata”

El relato de Caí y Abel (Génesis 4) refleja la tradición de los relatos de los relatos de los dos hermanos, gemelo o rivales que eran muy populares en todo el oriente Bíblico. En Egipto sus nombres eran “Anubis” y “Bata” o “Seth” y “Horus”. Antes de 1860 unos arqueólogos franceses descubrieron una copia de la historia de “Anubis” y “Bata”, tal cual se narraba durante la dinastía XIX (1307-1196 antes de nuestra era, Obra citada, página 61-65). De todos modos, una lectura atenta de Génesis 5 demuestra que para dicho relato y genealogía, el relato e historia de Caín y Abel no era un elemento conocido.

Consideremos la introducción a la historia de “Anubis” y “Bata”

“Hubo una vez dos hermanos: Anubis era el mayor y Bata el menor. Anubis era un campesino, estaba casado y poseía una casa. Bata estaba bajo el cuidado de su hermano y vivía con él como un hijo. Por vivir en casa de Anubis y vestir las ropas que él le compraba, Bata cuidaba el ganado de Anubis, araba sus campos, los cosechaba y almacenaba las cosechas. Bata era joven, pero era justo e intachable en su generación, de modo que los miembros de la asamblea divina de Egipto muchas veces le permitían usar su poder” (Paralelos, páginas 6 y 7).

Consideremos los siguientes pasajes bíblicos:

Génesis 4.1-2 “1Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. 2Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.

Génesis 4.9 “Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?

Hebreos 11.4 “4Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

Hasta mañana, con el favor de Dios!

viernes, 17 de diciembre de 2010

Navidad: paganismo y redención

Un análisis crítico, pero optimista (observaciones previas 2)

Algunos elementos o influencias que encontramos en la Biblia y en la tradición judeocristiana son:

1) La circuncisión

La circuncisión que es de origen egipcio, la religión judía la hace suya y la establece como señal del pacto entre Yahvé y la nación hebrea (compárese Génesis 17.1-14; Josué 5.1-12).

Al respecto, la enciclopedia Wikipedia dice: “La circuncisión se menciona en el siglo V antes de Cristo por Heródoto, que la nombra en el segundo libro de sus Historias y le atribuye su origen a los egipcios. Este origen parece confirmado por los numerosos vestigios arqueológicos, el más antiguo es un grabado de la tumba de Ankhamahor (entre 2300 y 2200 antes de Cristo) que representa una circuncisión practicada con una piedra de sílex en un hombre de pie.”

2) Algunos paralelismos entre el código mosaico y algunos códigos del antiguo oriente

Un caso específico: Ideas paralelas a Éxodo 21.22-25 en otros códigos del antiguo oriente

Consideremos ahora varios preceptos paralelos a lo establecido en Éxodo 21.22-25, que encontramos en otros cuatro códigos, a saber: el Código sumerio, el Código de Hammurabi, el Código hitita, y el Código mesoasirio. Para la explicación histórica y cita de estos códigos, vamos a depender de la obra Paralelos del Antiguo Testamento, de Víctor H. Matthews y Don C. Benjamín, publicada en español por la Editorial Sal Terrae, en el año 2004.

El Código sumerio data del año 1800 a.C. aproximadamente, pero representa una tradición legal mucho más antigua. En el artículo número uno de este código leemos: “Si un ciudadano golpea accidentalmente a la hija de otro, y ésta aborta, entonces la multa será de diez siclos (80 gramos) de plata”.

Observación: Concuerda con Éxodo 21.22-25 en que establece sólo una multa si simplemente la mujer aborta. De esto mismo se deduce que el aborto accidental, no inducido, circunstancialmente necesario, es un mal menor, pero que la muerte de la madre sería un mal mayor.

El Código de Hammurabi es un tratado sobre teoría legal, ciencia política y organización social. Hammurabi, gran rey de Babilonia en los años 1792-1750 a.C., publicó esta obra clásica para refrendar el pensamiento legal y los valores de su gobierno. En el artículo 209 de dicho código leemos: “Si un ciudadano golpea a la hija de otro y le causa un aborto, entonces la multa será de diez siclos (80 gramos de plata)”.

Observación: Concuerda con Éxodo 21.22-25 en que establece sólo una multa si simplemente la mujer aborta. De esto mismo se deduce que el aborto accidental, no inducido, circunstancialmente necesario, es un mal menor, pero que la muerte de la madre sería un mal mayor.

El Código hitita representa el pensamiento legal en Hatti entre los años 1450 y 1200 a.C. Prefiere sentencias que compensan a las víctimas por las pérdidas, en lugar de las sentencias que castigan a los culpables de los crímenes. También conmuta normalmente las sentencias de muerte por el castigo corporal y reduce las sentencias de castigo corporal a multas. En el artículo 17 de este código leemos: “Si un hombre provoca un aborto a una mujer libre, pagará una multa de diez siclos (80 gramos) de plata si ella está en el décimo mes, y cinco siclos (40 gramos) de plata si está en el quinto mes. Pondrá también sus tierras e hijos como aval”.

Observación: Concuerda con Éxodo 21.22-25 en que establece sólo una multa si simplemente la mujer aborta. De esto mismo se deduce que el aborto accidental, no inducido, circunstancialmente necesario, es un mal menor, pero que la muerte de la madre sería un mal mayor. También fija una multa mayor en proporción al mayor desarrollo del feto. Otro detalle que no envuelve el precepto de Éxodo es la diferencia que sí establece esta legislación entre una mujer esclava y una mujer libre. Lo penoso es que el Código hitita no nos dice cómo se manejaría el caso de un aborto accidental si la mujer fuere esclava.

El Código mesoasirio fue publicado por Teglatfalasar I, gran rey de Asirias de 1115 a 1077 a.C. Es posible que el Código mesoasirio tuviera mil líneas de extensión y probablemente seguía el mismo patrón literario que el Código de Hammurabi. En el artículo 21 del Código mesoasirio leemos: “Si un ciudadano maltrata físicamente a la hija de otro hasta que tiene un aborto, entonces, después del debido proceso, le impondrán una multa de dos talentos y treinta minas (75 kilogramos) de plomo, recibirá cincuenta bastonazos y realizará trabajos forzados para el Estado durante un mes”.

Observación: Concuerda con Éxodo 21.22-25 en que establece sólo una multa si simplemente la mujer aborta. De esto mismo se deduce que el aborto accidental, no inducido, circunstancialmente necesario, es un mal menor, pero que la muerte de la madre sería un mal mayor.

En el artículo 50 también leemos: “Si un ciudadano maltrata físicamente a la esposa de otro hasta que tiene un aborto, entonces, el marido de ésta maltratará físicamente a la esposa del acusado hasta que tenga un aborto. El acusado compensará a la víctima dando a la familia de ésta un hijo de su propia familia”.

Observación: Concuerda con Éxodo 21.22-25 en que establece sólo una multa si simplemente la mujer aborta. De esto mismo se deduce que el aborto accidental, no inducido, circunstancialmente necesario, es un mal menor, pero que la muerte de la madre sería un mal mayor.

“Si un ciudadano maltrata físicamente a la esposa de otro hasta que tiene un aborto y muere, entonces el acusado será ejecutado y su familia compensará a la víctima dando a la familia de ésta un hijo”.

Observación: Concuerda con Éxodo 21.22-25 en que establece sólo una multa si simplemente la mujer aborta. De esto mismo se deduce que el aborto accidental, no inducido, circunstancialmente necesario, es un mal menor, pero que la muerte de la madre sería un mal mayor. También concuerda con Éxodo 21.22.25 en que el victimario estaría sujeto a la aplicación de la “ley del talión” si la mujer que abortare también sufriere algún daño serio o muriere.

“Si un ciudadano maltrata físicamente a la esposa de otro hasta que tiene un aborto y su marido no tiene hijos, entonces el acusado será ejecutado y, aunque el feto sea mujer, su familia compensará a la víctima dando a la familia de ésta un hijo”.

Observación: Este precepto envuelve una situación que no fue considerada en Éxodo 21.22-25, ni en el resto del código mosaico. El aspecto peculiar de este precepto es que regula los casos de abortos accidentales en los que el esposo de la mujer que abortare no tuviere descendencia masculina.

En el artículo 53 del mismo Código mesoasirio, se lee: “Si una mujer aborta, entonces, después del debido proceso, la empalarán en un poste y no la sepultarán. Si una mujer aborta y muere, empalarán su cadáver en un poste y no lo sepultarán. Si un ciudadano oculta a una mujer para que pueda abortar y no la acusa el juez…”

Observación: Este precepto envuelve una situación que no fue considerada en Éxodo 21.22-25, ni en el resto del código mosaico, a saber: los casos de abortos inducidos, no accidentales, ni circunstancialmente necesarios. En tales casos se establecía la pena capital para la mujer.

¡Hasta mañana, con el favor de Dios!