Orígen histórico de la navidad

1) La causa eclesiológica explica el origen de la navidad como el intento de profundizar y enfocar con nueva luz los aspectos que ponen de relieve la grandeza y la naturaleza divina del verbo encarnado, ante la herejía arriana que ponía en duda la divinidad de Cristo.
2) La causa sociológica explica el origen de la navidad como la absorción y cristianización de la heliolatría (culto al sol) que era el resultado de un sincretismo político religioso entre el culto imperial y el culto oriental de Mitra. Entre los siglos III y IV la heliolatría se presentaba como la última forma heredada del paganismo romano.
3) La causa política explica el origen de la navidad como favorecida y apoyada plenamente por el emperador Constantino como una fiesta que servía para reforzar su política. La política de Constantino, pues se afirma que éste con su familia era partidario del monoteísmo solar.

Ahora bien, en cuanto a los relatos del nacimiento de Jesús de Mateo y Lucas, podemos decir que ciertamente no establecen la fecha del nacimiento de Jesús, ni parece que pretendieran hacerlo; pero sí dejan ver que, por lo menos, para dos de los cuatro evangelios canónicos fue importante para su teología presentar un relato o descripción del nacimiento de Jesús. Esto es indiscutible y debe ser aceptado por los que se oponen a la celebración de la navidad.
Creo ciertamente que el hecho de que dos de los cuatro evangelios canónicos hayan tenido como importante para su teología, ofrecer una descripción del nacimiento de Jesús, es un argumento que debe ser tomado en serio, si queremos ser coherentes en mantener la Biblia como un referente indispensable para nuestra reflexión teológica. Lo triste es que hay personas que cuando la Biblia parece no darle la razón, prefieren ignorarla.
Mi personal respuesta a las principales tradicionales
y objeciones a la navidad
Ahora, yo quiero refutar aunque de manera precisa y concisa, algunas de las tradicionales y principales objeciones que algunos hacen a la celebración de la navidad:

¿Por qué no vemos que las personas e instituciones que se oponen a la celebración de la navidad en diciembre, la celebren en la fecha que entienden que se ajusta mejor a la realidad histórica? Luego hay que decir que en verdad no la celebran en otra fecha alternativa porque simplemente entienden que no hay razón para celebrarla. Entonces, no es realmente un asunto de fecha, otras son las razones, como la objeción que sigue a continuación.
2.-La Biblia no nos instruye a celebrarla. Respuesta: Ciertamente esta es una verdad incuestionable, no obstante, también es honesto reconocer que la Biblia tampoco la prohíbe, y esta es otra verdad también incuestionable. En realidad una cosa es que la Biblia prohíba una determinada práctica y otra que sencillamente no la ordene, mande o instituya. ¿Cuántos elementos de nuestras tradiciones cristianas (eclesiales y teológicas), si bien no cuentan con una prohibición bíblica, tampoco cuentan con un mandato bíblico que las instituya u ordene?

¿Por qué no asumir la misma postura, la misma crítica con relación a otras prácticas que tienen nuestras iglesias, y que sabemos que no cuentan con un mandato bíblico como soporte? ¿Sería acertada la opinión de que tenemos muchos ejemplos donde la iglesia no sólo es que no cuenta con un mandato bíblico para hacer una determinada cosa, sino que además, adopta una postura diferente y argumenta contradictoriamente al ejemplo que sí encontramos en la Biblia, pensemos, por ejemplo, en la Santa Cena. ¿Es verdad que practicamos la Santa cena (comunión, eucaristía, etc.), tal y como se ve en la Biblia? Consideremos seriamente a Mateo 26.17-29; Ahora bien, quiero volver de nuevo a los relatos de Mateo y Lucas, y me pregunto: ¿Podría la comunidad cristiana haber justificado la celebración de la navidad si no existieran los relatos del nacimiento de Jesús que encontramos en Mateo y Lucas?
Pienso que debemos tomar más en serio, nos guste o no, los relatos de Mateo y Lucas sobre el nacimiento de Jesús, en esta discusión. Por otro lado, se espera consistencia cuando una persona o sistema adopta una determinada regla para juzgar lo que cree y lo que practica. Por ejemplo, la persona que afirma que sólo ha de creer y practicar aquello que manda u ordena la Biblia, ya sea explícita o implícitamente, o cómo se ve en la Biblia que una práctica se llevó a cabo; entonces y, en consecuencia, no debe practicar aquello que la Biblia no manda (más bien lo que la Biblia condena o prohíbe, pues no es lo mismo), y no debe realizar un determinado rito sino en la forma, frecuencia y contexto en que se ve en la Biblia.

Cuando una persona o sistema apela a documentos confesionales para explicar o justificar una determinada postura, tácitamente está reconociendo la autoridad de la comunidad interpretativa, aun cuando invoque a una supuesta revelación que sea posterior al cierre del canon. De todos modos es una afirmación de una comunidad interpretativa, y es ella la que justifica un determinado cambio, sin poder decir que la Biblia afirma que tal práctica debe realizarse como ella (dicha comunidad interpretativa) la practica. Además, es la comunidad interpretativa la que se ha expresado con relación a la Biblia, la que se ha impuesto una determinada visión de la Biblia; visión que en muchos casos no es sustentada por la Biblia misma.

Lo interesante es que este fenómeno ya se ve en la Biblia misma, compárese por ejemplo, las genealogías de Jesús según Mateo y Lucas; también la diferencia entre Mateo y Lucas en cuanto a quiénes son los pobres bienaventurados (Mateo 5.3 y Lucas 6.20); también la redacción diferente del mismo décimo mandamiento del decálogo en Éxodo 20.17 y Deuteronomio 5.21.
Hasta mañana si Dios nos lo permite!
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