sábado, 25 de diciembre de 2010

Navidad, paganismo y redención

Un punto de vista crítico, pero optimista (y IV)

Mi personal respuesta a las principales y tradicionales objeciones a la navidad (continuación y conclusión)

3.-La iglesia primitiva no la celebró: Respuesta: La refutación a esta objeción va en la misma línea que la anterior, y entonces surge la pregunta: ¿Es verdad que todo lo que se practica en nuestras iglesias se basa en un ejemplo práctico que encontramos en el NT? ¿Será verdad que cuando nuestras iglesias quieren llevar a la práctica una determinada acción, buscan primeramente en la Biblia un ejemplo que le sirva de soporte y justifique dicha práctica?

De todos modos, es pertinente la pregunta: ¿Por qué no celebró la iglesia primitiva la navidad? Respuesta: En primer lugar, porque fue mucho después cuando se dieron las condiciones históricas que explican su origen. En segundo lugar, porque la reflexión teológica del Nuevo Testamento inició más bien en torno a los eventos que condujeron a la muerte de Jesús, y en torno a su resurrección. En este sentido resulta muy llamativo que mientras que Pablo se concentra precisamente en el Cristo crucificado y resucitado, surgieran después de Pablo (incluso después de su muerte), los evangelios, explicitando y poniendo de relieve algunos detalles y aspectos que no fueron necesarios, ni trascendentales para el proyecto teológico de Pablo.

Otro dato interesante es que muy posteriormente vemos que en el Concilio de Nicea del 325 d.E. las comunidades cristianas arribaran a concepciones y conclusiones cristológicas que iban más allá de las cristologías mismas del Nuevo Testamento.

Finalmente, esta objeción para sustentarse sólo en las principales características de la teología de Pablo, y parece menospreciar la teología y carácter general de los evangelios.

4.-La esencia de su nacimiento es la Salvación del mundo a través de su SACRIFICIO y no de su nacimiento. Respuesta: Esta afirmación, que parece una verdad incuestionable, es contradicha precisamente no por un libro escrito por Benjamín Olea Cordero, ni por un libro apócrifo, sino por dos libro canónicos como Mateo y Lucas. Digo esto, pues para la teología de estos dos libros (Mateo y Lucas) sí fue necesario dar una descripción del nacimiento de Jesús y sus circunstancias.

El problema está en que, en verdad, una cosa no va en contra de la otra. El que la teología paulina no dé mucha importancia no sólo a las circunstancias que rodearon el nacimiento de Jesús, sino propiamente a la mayoría de los detalles relacionados con su ministerio terrenal; todavía esto no ha de tomarse como base pare ignorar que estos detalles sí fueron aspectos importantes para la teología de los evangelios. ¿Le impondremos a los evangelios la teología paulina? ¿Le impondremos a Pablo la teología de los evangelios? Vuelvo a insistir que dado el hecho de que el Nuevo Testamento es más bien un conjunto de teologías, lo que se nos impone es que valoremos en su justa proporción la teología de cada género literario y de cada libro del NT es este caso.

5.-La Biblia nos instruye a recordar su Sacrificio a través de la santa cena. Respuesta: Esta es una verdad a la que podemos añadir que el mismo NT nos dice que al celebrar la santa cena se implican dos cosas: 1) un recordatorio del sacrificio vicario o sustitutivo de Cristo, y 2) la confesión en la esperanza de su segunda venida (1 Corintios 11.26). No obstante, recomiendo considerar de nuevo las respuestas dadas a las objeciones 2 y 3, y con especial atención mi respuesta a la pregunta ¿Por qué no celebró la navidad, la iglesia primitiva?

6.-La Biblia condena las tradiciones y enseñanzas de hombres. Respuesta: Lo que la Biblia condena es que la voluntad de Dios expresada en sus mandamientos sea sustituida por mandatos no autorizados por él, y que conllevan una postura contradictoria al espíritu de los mandamientos de Dios. Pero, ¿qué es un mandamiento de hombre? ¿Es posible redimir una práctica que originalmente no surgió como un mandamiento expreso de Dios? Creo que sí, y un claro y preciso ejemplo de esta real posibilidad lo constituye que el Judaísmo haya adoptado la circuncisión como señal del pacto de Dios con Abraham, también el papel que el Cristianismo le ha otorgado a la resurrección, aspecto doctrinal que, en primer lugar, pone de manifiesto la influencia de la religión persa en el judaísmo y, en segundo lugar, la influencias del fariseísmo (o corriente de los fariseos) en el cristianismo como tal. Estos dos ejemplos muy concretos dejan ver que la iglesia puede redimir una práctica o rito que en principio no surgió en un ambiente cristiano ni en un ambiente judío, y que originalmente tenía o perseguía un propósito (y hasta un uso) diferente.

7.-Dios condena aquellos que adhieren o le quitan a la enseñanza de su palabra, "la navidad" no tiene fundamento bíblico. Respuesta: ¿Cómo saben estos las personas que se oponen a la celebración de la navidad? Esto, más que un juicio bien fundado, constituye una suposición falsa que no pasa el examen bíblico y teológico. Celebrar la navidad no constituye en ninguna manera una añadidura o adición a la palabra de Dios. Además, tal postura parece desconocer cómo se articula el pensamiento y discurso teológico. El discurso teológico no se sustenta únicamente en los mandatos expresos que hay en la Biblia, ya sea en forma positiva o negativa, sino también en los elementos y evidencias que se encuentran en la Biblia de forma implícita, y que de manera legítima puedan considerarse parte del discurso bíblico.

Además, esta objeción manifiesta, por un lado, un desconocimiento total del papel de los relatos de anunciación de Mateo y Lucas en la cristología de estos dos evangelios, y por otro lado, pretende minimizar el papel de los datos que aportan dichos relatos en la articulación, justificación, estructuración y caracterización de la navidad.

8.-Esta tradición era darle culto al "dios sol" Nimrod. Respuesta: Si es cierto que la fiesta de la navidad tiene elementos que obviamente no surgieron en el ambiente propiamente judío ni cristiano, el ejemplo de lo que hizo la religión judía en el AT con la circuncisión, y el NT (previamente la corriente de los fariseos, y posteriormente el mismo Jesús, y lo apóstoles) con la resurrección, son muy buenos ejemplos que nos permiten un buen argumento para decir que el hecho de que una práctica o fiesta originalmente haya perseguido otros fines, no significa que no podamos redimirla y dotarla de un nuevo significado.

Además, no es verdad que la persona que hoy celebra la navidad le está rindiendo culto al dios sol. Además, si la fecha, el arbolito, las luces, regalos, etc. son tomados en serio para considerar el origen pagano de la navidad; creo que también hay que tomar en serio los elementos de la navidad que aporta la Biblia misma, la narrativa bíblica, para considerar su cristiandad u origen cristiano.

Los elementos de la Navidad que aporta la misma Biblia son, por ejemplo, el niño que nace, la narración de ese hecho, el nombre del padre y la madre del niño, la estrella, los pastores, los ángeles, los magos, el pesebre o establo, la ciudad de Belén, etc. Nadie puede negar que estos últimos elementos o aspectos los aporte la Biblia misma, específicamente la literatura canónica propiamente cristiana.

Finalmente, entiendo que una cosa es decir que la navidad tiene elementos de origen pagano, y otra cosa es que la navidad sea en sí una fiesta pagana. Creo que así como la redención de la circuncisión, que tuvo un origen pagano, al ser redimida se la consideró judía; pienso que la navidad, al ser redimida, puede considerarse cristiana.

Reconozco que este es un tema en el cual los cristianos quizás nunca nos pondremos de acuerdo; sin embargo, el que no podamos lograr el anhelado consenso y unidad en este y otros temas, no debe hacernos perder de vista la necesidad de esperar la esencial y debida consistencia en el intérprete y en la comunidad interpretativa.

Una cosa es la imposibilidad de lograr un absoluto consenso en algunos temas, y 2otra cosa es que no seamos consecuentes y consistentes (como intérpretes en particular, y como comunidad interpretativa) con las premisas que de manera libre nos impongamos como base para evaluar una determinada creencia o práctica. Diversidad no debe ser sinónimo de inconsistencia.

¡Que Dios nos siga iluminando en estos caminos!

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