Si bien los tres pasajes mencionados en la publicación anterior en cierta forma favorecen la mención del cuervo por parte de Jesús, según Lucas; no es menos cierto que no es posible afirmar que Jesús habría citado la escritura del AT ya fuera directa o indirectamente.
Por otro lado, parezca extraño, el AT sostiene que Dios utilizó a cuervos para alimentar al profeta Elías en la cueva de Querit:
“2Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: 3Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. 4Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. 5Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. 6Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo. 7Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra” (1 Reyes 17.2-7)
Con respecto a la suposición de que aquí (1 Reyes 17.4 y 6) la referencia es comerciantes árabes y no propiamente a los cuervos, me parecen valiosas al respecto, las palabras del Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia, tomo I, el Antiguo Testamento, publicado por la Casa Bautista de Publicaciones: “La idea de que fuesen empleadas para dar de comer al profeta aves tan impuras y voraces ha parecido tan extraño a algunos que se han esforzado por hacer entender que los “orebim” (plural de “oreb”), que en nuestra versión se traduce “cuervos”, es la misma palabra que se usa en Ezequiel 27.27, que se traduce “comerciantes” o “árabes” (2 Crónicas 21.16; Nehemías 4.7), o los ciudadanos de Araba, cerca de Beth-shan (Josué 15.6; 18.18). Pero la traducción común es, en nuestra opinión, preferible a estas suposiciones; y si Elías fue milagrosamente alimentado por cuervos, es vano preguntar de dónde hallaron ellos pan y carne, porque en esto Dios los dirigía. Después del lapso de un año, el arroyo se secó, y esta fue una nueva prueba para la fe de Elías.”
Por otro lado, la suposición a la que reacciona el comentario citado, se deshace fácilmente cuando vemos que en realidad en Ezequiel 27.27, la palabra hebrea “orebé” u orebey” no es el gentilicio de Arabia (árabe: “arabí”), sino un participio constructo derivado del verbo hebreo “arab” y que significa: comerciar, traficar.
Retomando la situación de Lucas 12.24 y Mateo 6.26, me inclino a favorecer la versión de Lucas, atendiendo a los siguientes factores:
1) El texto griego de “la fuente «Q»” tiene la palabra cuervos y no aves.
2) A pesar de que el cuervo es considerado un animal impuro y abominable en el código mosaico; paralelamente se desarrolló una referencia positiva al cuervo tanto como recibiendo su sustento por parte del creador, y como siendo y actuando como instrumento suyo para alimentar al profeta Elías.
3) Al margen de los cuatro pasajes que se expresan en términos positivos respecto del cuervo; lo cierto es que la evidencia bíblica apunta a que en el AT mismo, no gozaba el cuervo de una imagen positiva en la mentalidad hebrea.
4) Parece que incluso para los cristianos (como a cualquier judío en sentido general) le sería más preferible usar la figura de un ave pura, que la figura del cuervo para hablar del cuidado providencial de Dios. Esta legítima sospecha podría explicar el que Mateo haya preferido evitar la alusión a los cuervos. Llama también la atención el hecho de que sólo en Lucas 12.24 se mencione la figura del cuervo en todo el NT.
5) En esta misma línea va la explicación de William Hendriksen (comentario al evangelio de Mateo) que aunque no se plantea analizar el contraste entre la versión de Lucas y la de Mateo; defiende la mención del cuervo en Lucas, apelando a la idea de que el cuervo junto a las demás aves inmundas, no es inmundo en la dispensación del NT. No obstante, no parece que Mateo pensara de esta manera. En todo caso, dicho argumento no se le puede aplicar a Jesús como tal, ni a los textos del AT que hablan positivamente del cuervo, ya que no eran propiamente cristianos.
6) Atendiendo, pues, al criterio de la «disimilitud», «discontinuidad», o «desemejanza», es más probable que la versión de Lucas sea la legítima, no la de Mateo.
Finalmente, algunas preguntas para la reflexión:
1) ¿por qué habría preferido Jesús emplear la figura del cuervo?
2) ¿Por qué habría decidido Jesús apelar a una figura negativa para comunicar una enseñanza positiva?
3) ¿Qué fue la figura del cuervo para el discurso de Jesús, un fin o un medio?;
4) Cuando Jesús dirigió su voluntad a buscar, escoger y elegir la figura del cuervo para su discurso (acto de habla), ¿no fue la figura del cuervo un fin, una meta?
5) Para los fines del discurso de Jesús, ¿no fue la figura del cuervo un medio? ¿Justifica, pues, el fin los medios?
¡Hasta mañana si Dios nos lo permite!
Por otro lado, parezca extraño, el AT sostiene que Dios utilizó a cuervos para alimentar al profeta Elías en la cueva de Querit:
“2Y vino a él palabra de Jehová, diciendo: 3Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que está frente al Jordán. 4Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. 5Y él fue e hizo conforme a la palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. 6Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo. 7Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra” (1 Reyes 17.2-7)
Con respecto a la suposición de que aquí (1 Reyes 17.4 y 6) la referencia es comerciantes árabes y no propiamente a los cuervos, me parecen valiosas al respecto, las palabras del Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia, tomo I, el Antiguo Testamento, publicado por la Casa Bautista de Publicaciones: “La idea de que fuesen empleadas para dar de comer al profeta aves tan impuras y voraces ha parecido tan extraño a algunos que se han esforzado por hacer entender que los “orebim” (plural de “oreb”), que en nuestra versión se traduce “cuervos”, es la misma palabra que se usa en Ezequiel 27.27, que se traduce “comerciantes” o “árabes” (2 Crónicas 21.16; Nehemías 4.7), o los ciudadanos de Araba, cerca de Beth-shan (Josué 15.6; 18.18). Pero la traducción común es, en nuestra opinión, preferible a estas suposiciones; y si Elías fue milagrosamente alimentado por cuervos, es vano preguntar de dónde hallaron ellos pan y carne, porque en esto Dios los dirigía. Después del lapso de un año, el arroyo se secó, y esta fue una nueva prueba para la fe de Elías.”
Por otro lado, la suposición a la que reacciona el comentario citado, se deshace fácilmente cuando vemos que en realidad en Ezequiel 27.27, la palabra hebrea “orebé” u orebey” no es el gentilicio de Arabia (árabe: “arabí”), sino un participio constructo derivado del verbo hebreo “arab” y que significa: comerciar, traficar.
Retomando la situación de Lucas 12.24 y Mateo 6.26, me inclino a favorecer la versión de Lucas, atendiendo a los siguientes factores:
1) El texto griego de “la fuente «Q»” tiene la palabra cuervos y no aves.
2) A pesar de que el cuervo es considerado un animal impuro y abominable en el código mosaico; paralelamente se desarrolló una referencia positiva al cuervo tanto como recibiendo su sustento por parte del creador, y como siendo y actuando como instrumento suyo para alimentar al profeta Elías.
3) Al margen de los cuatro pasajes que se expresan en términos positivos respecto del cuervo; lo cierto es que la evidencia bíblica apunta a que en el AT mismo, no gozaba el cuervo de una imagen positiva en la mentalidad hebrea.
4) Parece que incluso para los cristianos (como a cualquier judío en sentido general) le sería más preferible usar la figura de un ave pura, que la figura del cuervo para hablar del cuidado providencial de Dios. Esta legítima sospecha podría explicar el que Mateo haya preferido evitar la alusión a los cuervos. Llama también la atención el hecho de que sólo en Lucas 12.24 se mencione la figura del cuervo en todo el NT.
5) En esta misma línea va la explicación de William Hendriksen (comentario al evangelio de Mateo) que aunque no se plantea analizar el contraste entre la versión de Lucas y la de Mateo; defiende la mención del cuervo en Lucas, apelando a la idea de que el cuervo junto a las demás aves inmundas, no es inmundo en la dispensación del NT. No obstante, no parece que Mateo pensara de esta manera. En todo caso, dicho argumento no se le puede aplicar a Jesús como tal, ni a los textos del AT que hablan positivamente del cuervo, ya que no eran propiamente cristianos.
6) Atendiendo, pues, al criterio de la «disimilitud», «discontinuidad», o «desemejanza», es más probable que la versión de Lucas sea la legítima, no la de Mateo.
Finalmente, algunas preguntas para la reflexión:
1) ¿por qué habría preferido Jesús emplear la figura del cuervo?
2) ¿Por qué habría decidido Jesús apelar a una figura negativa para comunicar una enseñanza positiva?
3) ¿Qué fue la figura del cuervo para el discurso de Jesús, un fin o un medio?;
4) Cuando Jesús dirigió su voluntad a buscar, escoger y elegir la figura del cuervo para su discurso (acto de habla), ¿no fue la figura del cuervo un fin, una meta?
5) Para los fines del discurso de Jesús, ¿no fue la figura del cuervo un medio? ¿Justifica, pues, el fin los medios?
¡Hasta mañana si Dios nos lo permite!
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