¿Ordena, manda, fija el Nuevo Testamento la frecuencia con que habría de celebrarse la “Eucaristía” o “Cena del Señor”?
Por un lado, el registro de Marcos y Mateo no sugieren que lo realizado por Jesús, habría de seguirse realizando, y mucho menos habla de frecuencia. Pero por el otro lado, Pablo y Lucas vuelven a coincidir, y ambos sugieren que Jesús expresamente dijo “haced esto en memoria de mí” (1 Corintios 11.25-26; Lucas 22.19). No obstante, Pablo y Lucas no están de acuerdo en todo. Sí vemos algunas diferencias entre Pablo y Lucas. Observemos: Según Lucas, Jesús dijo “haced esto en memoria de mí”, inmediatamente después que partió y dio a comer el pan, es decir, sin incluir el beber de la copa, pues agrega que “después de haber cenado, tomó también la copa”, pero sin establecer que Jesús igualmente dijera que se hiciera eso en memoria de él. Pablo al contrario, afirma que “Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.”
En conclusión, la situación que tenemos respecto al mandato de seguir celebrando la “Eucaristía” o “Cena del Señor”, y con relación a su frecuencia, según los datos del NT mismo, es la siguiente:
1) No se registra en el evangelio de Marcos el mandato o sugerencia de que lo realizado por Jesús debía seguirse celebrando. Considérese a Marcos 14-22-25:
“Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. 23Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. 24Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada. 25De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.”
2) No se registra en el evangelio de Mateo el mandato o sugerencia de que lo realizado por Jesús debía seguirse celebrando. Considérese a Mateo 26.26-29:
“Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. 29Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.”
3) No se registra en el evangelio de Lucas el mandato o sugerencia de que lo realizado por Jesús debía seguirse celebrando por completo, pues lo que sugiere es que “el partimiento del pan” (no “el beber de la copa”), sí debía seguir haciéndose. Considérese a Lucas 22.17-20:
“Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; 18porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga. 19Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.”
4) Pablo es el único que en el NT presenta el partimiento del pan y el beber de la copa como un rito que debía seguir celebrándose en memoria del Señor. Considérese a 1 Corintios 11.23-26:
“Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.”
Ahora, si bien es Pablo el que parece hacerse eco de una tradición que insistía en la celebración de la “Eucaristía” o “Cena del Señor”, lo cierto es que en ese mismo contexto no se especifica la frecuencia con que debía celebrarse. Sólo habla de “todas las veces que…” expresión que equivale a “cada vez que…”.
Pero, ¿existe alguna otra evidencia textual que arroje un poco más de luz al respecto?
Bueno, lo cierto es que nada más contamos con un solo pasaje del NT que puede hacer referencia a la persistencia de la celebración de la “Eucaristía” o “Cena del Señor” y a su frecuencia, a saber, Hechos 20.7 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.” Compárese Hechos 2.42 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”
Después de considerar estos dos pasajes, quiero llamar la atención sobre un aspecto. Pues bien, como ya observamos, de los evangelios, Lucas es el único que sugiere que lo realizado por Jesús, sus discípulos debían seguir haciéndolo. Lo interesante es que según Lucas, sólo se habría de seguir practicando el “partimiento del pan” (Lucas 22.17-20):
“Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; 18porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga. 19Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.”
Una evidencia más que va en esta misma línea es Lucas 24.30 y 31 “Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. 31Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista.”
Ahora, uno se pregunta ¿Qué tan verosímil es la afirmación de que con la expresión “partimiento del pan” se apuntaba de manera inclusiva a la “Eucaristía” o “Cena del Señor, abarcando tanto el partimiento del pan como el beber de la copa? ¿No podrían estar pensando los originales discípulos de Jesús sólo en el partimiento del pan? ¿Qué evidencias existen a favor de estas dos posiciones?
En realidad no disponemos en el NT mismo de una información abundante al respecto. Pero lo cierto es que casi todas las fuentes asumen que con la expresión “partimiento del pan” se hacía referencia a la “Eucaristía” o “Cena del Señor” con todos los elementos con que la vemos en Pablo (1 Corintios 11).
De todos modos, los relatos del NT que tenemos coinciden en destacar sólo el partimiento del pan, sin ninguna referencia al vino, por ejemplo:
Lucas 24.30 “Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio.”
Lucas 24.35 “Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.”
Hechos 2.42 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”
Hechos 2.46 “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.”
Hechos 20.7 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.”
Hechos 20.11 “Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió.”
Hechos 27.35 “Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y partiéndolo, comenzó a comer.”
Incluso la Didaché (griego “didajé”), un documento cristiano fechado entre finales del siglo primero e inicios del siglo II, d.E., sólo destaca el “partimiento del pan”:
9.1 Referente a la Eucaristía, da gracias de esta manera.
9.2 Te damos gracias, Padre nuestro, por la santa viña de David Tu siervo, la que nos diste a conocer a nosotros por medio de Jesús, Tu siervo. A Ti la gloria por los siglos.
9.3 Luego sobre el trozo de pan: Te damos gracias, Padre nuestro, por la vida y el conocimiento, que nos diste a conocer por medio de Jesús Tu siervo. A Ti la gloria por los siglos.
9.4 Como este fragmento estaba disperso sobre los montes, y reunido se hizo uno, así sea reunida Tu Iglesia de los confines de la tierra en Tu reino. Porque Tuya es la gloria y el poder, por Jesucristo, por siempre.
9.5 Que nadie coma ni beba de vuestra comida de acción de gracias, sino los bautizados en el nombre del Señor, pues sobre esto dijo el Señor: No deis lo que es santo a los perros.
Retomemos de nuevo el análisis en torno a la frecuencia con que habría de celebrarse la “Eucaristía” o “Cena del Señor”. Como dije antes, lo cierto es que nada más contamos con un solo pasaje del NT que de manera directa parece apuntar a la tradición de celebrar la “Eucaristía” o “Cena del Señor” los domingos, el primer día de la semana, a saber, Hechos 20.7 “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.” Compárese Hechos 2.42 “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”
Otro pasaje que también parece apoyar la idea de una tradición de reunirse cada domingo para celebrar un servicio o culto, es 1 Corintios 16.2 “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.”
También la Didaché (griego “didajé”) va en esta misma línea:
14.1 En el día del Señor reuníos y romped el pan y haced la Eucaristía, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro.
14.2 Todo el que tenga disensión con su compañero, no se junte con vosotros hasta que no se hayan reconciliado, para que no sea profanado vuestro sacrificio.
14.3 Este es el sacrificio del que dijo el Señor: “En todo lugar y tiempo se me ofrece un sacrificio puro: porque yo soy el gran Rey, dice el Señor, y mi nombre es admirable entre las naciones”
En conclusión, parece que lo más sensato es afirmar y aceptar que al principio las primeras generaciones de cristianos celebraron la “Eucaristía” o “Cena del Señor” semanalmente, cada primer día de la semana, cada domingo. Ahora bien, si bien en la “Didaché” la celebración semanal (cada domingo) de la “Eucaristía” aparece como un mandato, lo cierto es que en el NT mismo no aparece como tal.
Aun así, cabe preguntarse: ¿Cuántas iglesias o congregaciones celebran cada domingo, semanalmente, la “Eucaristía” o “Cena del Señor”? ¿Cuáles son los argumentos que levantan las iglesias o congregaciones que no celebran semanalmente, cada domingo, la “Eucaristía” o “Cena del Señor”?
En primer lugar voy a mencionar algunos ejemplos de iglesias que todavía insisten en la celebración semanal y dominical de la “Eucaristía”, y su argumentación.
1) Iglesia católica romana:
“Tributen los fieles la máxima veneración a la santísima Eucaristía, tomando parte activa en la celebración del Sacrificio augustísimo, recibiendo este sacramento frecuentemente y con mucha devoción…” (Código de derecho canónico, artículo 898).
“Todo fiel, después de la primera comunión, está obligado a comulgar por lo menos una vez al año” (Código de derecho canónico, artículo 920).
“El domingo, en el que se celebra el misterio pascual, por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta de precepto…” (Código de derecho canónico, artículo 1246).
“El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen la obligación de participar en la Misa” (Código de derecho canónico, artículo 1247).
2) Iglesia Ortodoxa
“Los primeros cristianos comulgaban cada domingo, pero ahora no todos tienen una vida tan pura, para poder comulgar tan asiduamente. Sin embargo, la Santa Iglesia indica que se debe tomar la comunión cada cuaresma y nunca menos de una vez por año” (Los sacramentos en la perspectiva ortodoxa, por el Presbítero Serafín Slobodskoi, traducido por Sergei Gortchacow, disponible en http://www.icergua.org/latam/pdf/09-segsem/04-05-td7/doc07.pdf).
3) Iglesia Anglicana y Episcopal
“¿Por qué los Episcopales asisten a la Iglesia los Domingos? Porque es el día señalado por la iglesia desde los comienzos para celebrar la Resurrección de Cristo. En la Iglesia nos reunimos para escuchar su Palabra, participar de su cuerpo y de su sangre, estudiar sus designios, reconocer su santidad, promover la hermandad, la paz, el amor, la igualdad, la libertad y la justicia” (Conociendo la iglesia episcopal y la comunión anglicana, documento elaborado por la iglesia episcopal puertorriqueña, disponible en http://stpetersripon.com/mss/ConociendoIAIE.htm).
4) Los Templos bíblicos de la República Dominicana
“El Señor dejó la posibilidad de celebrar este culto cuantas veces la iglesia quisiera; sin embargo, siguiendo el ejemplo de la iglesia primitiva, lo celebramos cada primer día de la semana, como recordatorio del día de la resurrección del Señor (Hechos 20.7)” (Apuntes doctrinales de los Templos bíblicos de la República Dominicana, 2007, página 71).
En segundo lugar, consideremos ahora algunas de las iglesias que no celebran la eucaristía semanalmente, y sus argumentos.
1) Concilio Nacional de las Asambleas de Dios, Inc.
a) “La Biblia no establece, no especifica con qué frecuencia se debe celebrar.
b) Se recomienda que se celebre cuántas veces sea posible, nunca menos de dos veces al año, además se debe celebrar en ocasiones especiales como bautismo, aniversario de iglesia, fin de año, renovación de votos, retiros, Semana mayo y otros. Cada iglesia determina la frecuencia específica.
c) Se debe tener cuidado de no convertir el acto en una rutina que pierda solemnidad, tampoco se debe descuidar para perder la bendición que por medio de ella recibimos” (Reglamento local, 1993, página 15). Quiero destacar que las Asambleas de Dios por lo general celebran la “Eucaristía” o “Cena del Señor”, mensualmente, el primer domingo de cada mes, así también la Iglesia Cristiana Reformada en la República Dominicana (ICRRD).
2) Iglesia Adventista del séptimo día
“La Biblia no especifica cuán frecuentemente debiera celebrarse la Cena del Señor (ver 1 Corintios 11.25, 26). Los adventistas han seguido la práctica de muchos protestantes y celebran esta ordenanza cuatro veces en el año. Al adoptar el plan trimestral, los primeros creyentes adventistas consideraron que si celebraba el servicio con mayor frecuencia, se corría el peligro de caer en la formalidad, y dejar de reconocer la solemnidad del servicio. Parece una decisión moderada, equidistante entre el extremo de celebrarla demasiado a menudo, y de abstenerse de hacerlo durante un tiempo demasiado largo, por ejemplo, un año” (Nota # 19 del artículo 16 que tienen como título «La Cena del Señor» (Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, 2006, página 236).
3) Los Testigos de Jehová
“Jesús no dijo específicamente con cuánta frecuencia había de celebrarse la Conmemoración de su muerte. Sin embargo, la instituyó en la fecha de la Pascual judía, que entre sus discípulos fue reemplazada por la conmemoración de la muerte de Cristo. La pascua era un acontecimiento anual, que se celebraba el 14 de Nisán. De igual manera, la fiesta judía de las tortas no fermentadas o los panes ázimos, la fiesta de las Semanas (el Pentecostés), la fiesta de las cabañas o de la recolección, y el día de expiación se celebraban una vez al año” (Razonamiento a partir de las Escrituras, año 1989, página 244).
“Pablo dijo: «Porque todas cuantas veces coman de este pan y beban de esta copa. Siguen proclamando la muerte del Señor, hasta que él llegue» (1 Corintios 11.26). «Cuantas veces» no tiene que significar muchas veces al año; puede significar una vez al año durante el espacio de muchos años. Cuando se conmemora un acontecimiento importante, como un aniversario de bodas, o cuando una nación conmemora un acontecimiento importante de su historia, ¿cuántas veces lo hace? Una vez al año, en la fecha del aniversario. Esto estaría de cuerdo con el hecho de que la Cena del Señor se instituyó en la fecha de la Pascual judía, celebración anual que ya no tenían que observar los judíos que habían llegado a ser cristianos” ” (Razonamiento a partir de las Escrituras, año 1989, página 86).
Una vez planteados los argumentos que usan las distintas iglesias para fundamentar su opción en cuanto a la frecuencia de la celebración de la “Eucaristía” o “Cena de Señor”, quiero citar al respecto, la opinión de un teólogo bautista, antes de pasar a unas preguntas de reflexión, para cerrar esta sección.
“¿Cuán a menudo debemos observar la Santa Cena? Algunas iglesias observan la Cena del Señor todos los domingos. Otras la celebran una vez al mes, aun otras, cuatro veces al año y hasta hay las que lo hacen una vez al año. Ciertas iglesias nunca celebran la Cena del Señor. ¿Cuál es la estipulación bíblica para esta observancia? El Señor únicamente dijo: «… Todas las veces que…» (1 Corintios 11.26). La Biblia no establece una regla fija” (Doctrinas Bíblicas, creencias que importan, Marcos G. Cambron, segundo tomo, Zondervan, página 263).
Preguntas para reflexionar y cerrar esta sección:
*¿Existe o no un mandato bíblico que establezca el nombre ideal con que se ha de identificar la “Eucaristía” o “Cena del Señor”? Si la respuesta es negativa, ¿quién es el que los ha fijado? ¿Qué papel han jugado en esta cuestión el texto bíblico y la comunidad lectora o hermeneuta?
*¿Quién es que decide si mantienen estrictamente los elementos del pan y el vino, o si se sustituyen tales elementos por otros, aunque con una función equivalente? ¿Qué papel han jugado en esta cuestión el texto bíblico y la comunidad lectora o hermeneuta?
*¿Es el lavatorio de los pies una ordenación bíblica, sí o no? ¿Por qué unas iglesias lo asumen como una ordenación bíblica, y otras no? ¿Qué papel han jugado en esta cuestión el texto bíblico y la comunidad lectora o hermeneuta?
*¿Existe o no un mandato bíblico que fije la frecuencia con que se debe celebrar la “Eucaristía” o “Cena del Señor”? Si la respuesta es negativa, ¿quién es, entonces, el que ha fijado las distintas opciones que en la práctica se han adoptado al respecto? ¿Qué papel han jugado en esta cuestión el texto bíblico y la comunidad lectora o hermeneuta?
*¿Qué conclusiones podemos sacar de las actitudes y razonamientos de las distintas comunidades hermeneutas en los distintos aspectos relacionados con la “Eucaristía” o “Cena de Señor”? ¿Confirman el principio de “Sola Escritura”? ¿Es cierto que sólo se practica en las iglesias lo que la Biblia establece como mandato positivo? ¿Quién es el factor que determina si un relato o ejemplo bíblico tiene el carácter de preceptivo (normativo, vinculante) o de ilustrativo (descriptivo, simple punto de referencia)? ¿El texto bíblico o la comunidad lectora?
¡Hasta mañana con el favor de Dios!
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