a) La expresión bíblica “varón y hembra” concuerda y sólo es congruente con el relato de Génesis 1, consideremos los siguientes pasajes:
Génesis 1.27: Y creó Dios al hombre (ser humano) a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Pregunta: ¿Habla este pasaje de dos actos de creación? No.
Génesis 5.2: Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.
Pregunta: ¿Habla este pasaje de dos actos de creación? No.
Mateo 19.4: Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo?
Pregunta: ¿Habla este pasaje de dos actos de creación? No.
Marcos 10.6: Pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios.
Pregunta: ¿Habla este pasaje de dos actos de creación? No.
b) Hay pasajes bíblicos en los que el lenguaje sexista ha originado la traducción “hombre” u “hombres” cuando el contexto demanda la traducción “ser humano” o “seres humanos”. Este tipo de traducción favorece la interpretación de que la mujer no estaba presente en ciertas declaraciones a pesar de que realmente siempre estuvo ahí.
Génesis 1.27: Y creó Dios al hombre (ser humano) a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Génesis 5.1: Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre (ser humano, varón y hembra), a semejanza de Dios lo hizo.
Génesis 9.6: El que derramare sangre de hombre (de ser humano), por el hombre (ser humano) su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre (ser humano, varón y hembra).
Deuteronomio 4.32: Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre (ser humano, varón y hembra) sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella.
Santiago 3.9: Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres (seres humanos, varones y hembras), que están hechos a la semejanza de Dios.
La evidencia que aportan estos pasajes es que en ellos subyace la idea de un solo acto creativo, pues reflejan la perspectiva del relato de la creación de Génesis 1.1-2.3.
c) La evidencia bíblica demuestra que, a pesar de Génesis 2.4-25, 1 Corintios 11. 12 a, 1 Timoteo 2.13, el punto de vista que trasciende en la Biblia es que el ser humano (varón y hembra) fue creado en un mismo y solo acto creativo:
Génesis 1.27: Y creó Dios al hombre (ser humano) a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
Génesis 5.1: Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre (ser humano, varón y hembra), a semejanza de Dios lo hizo.
Génesis 5.2: Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.
Deuteronomio 4.32: Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre (ser humano, varón y hembra) sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella.
Mateo 19.4: Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo?
Marcos 10.6: Pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios.
La evidencia que nos aportan estos pasajes bíblicos también nos permite decir otras cosas. Por un lado, que la base para sostener que la mujer fue creada también a la imagen de Dios sólo la da el relato de la creación de Génesis 1.1-2-3; el relato de Génesis 2.4-25, prácticamente hace imposible decir tal cosa.
Por otro lado, que la ocasión en que Jesús trató el tema del divorcio, y su visión del matrimonio, toma como base la idea de que en un único acto creativo Dios hizo al se humano varón y hembra; lo único que toma del segundo relato es que “el hombre dejará padre y madre y se unirá a su mujer”.
Esto significa que si vamos a establecer, por ejemplo, el punto de vista de Jesús sobre la creación del hombre y la mujer, ajustándonos al testimonio escrito en los evangelios, es que Jesús entendía que el hombre y la mujer fueron creados el mismo día, en un mismo y único acto de creación, como lo afirma el relato de la creación de Génesis 1.1-2.3.
Es más, para ser más precisos e irnos al fondo de la cuestión, a la luz del relato de la creación que tenemos en Génesis 2.4-25, ni siquiera se podría decir que el hombre (propiamente el varón) fue creado a la imagen de Dios, pues en éste no se afirma tal cosa. Además, dicho relato describe al ser humano (después de que Dios sopló aliento de vida en él), como un simple “ser viviente”. Lo interesante es que la expresión “ser viviente”, en el relato de Génesis 1.1-2-3, refiere principalmente a los animales (considérese Génesis 1.20, 21, 24; 9. 10, 12, 15; Levítico 11. 46; Apocalipsis 4.7.
En consecuencia, podemos decir que a la luz de Génesis 1, el ser humano (varón y hembra) es imagen de Dios; a la luz de Génesis 2, el ser humano (propiamente el varón) es “un ser viviente”.
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