Conclusiones a la luz de los dos relatos de creación
a) A luz del relato de la creación de Génesis 2.4-25, es específicamente al hombre, al varón, a quien se le da la responsabilidad de desarrollar cierta mayordomía; pero específicamente en el jardín en que fue colocado por Dios (no tiene este relato los matices más universalitas que encontramos en el relato de Génesis 1.1-2.3).
b) A la luz del relato de Génesis 1.1-2.3, es al ser humano, varón y hembra, hombre y mujer, a quien se le da por igual la capacidad de ejercer cierta mayordomía sobre la creación, y con unos matices más universalistas que el relato de Génesis 2.4-24. En el relato de Génesis 2.4-25 la mayordomía se circunscribe al huerto (Génesis 2.15). En el relato de Génesis 1.1-2.3, la mayordomía es sobre toda la tierra (Génesis 1.28).
c) A la luz del relato de Génesis 1.1-2.3, el ser humano (varón y hembra, hombre y mujer) es imagen y semejanza de Dios, el creador (Génesis 1.26-28).
d) A la luz del relato de Génesis 2.4-25, el ser humano se parece más bien a los animales (considérese Génesis 2.7, luego Génesis 1.20, 21, 24). Aunque en Génesis 2.7 se habla específicamente del varón y no se dijo tal cosa cuando, según este relato, se puso en existencia a la mujer; no obstante, la afirmación de Génesis 2.23 (Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada), demanda que lo que se dijo respecto del hombre (el varón), se aplique por igual a la mujer.
e) Con relación a Jesús, podemos decir que cuando trató el tema del matrimonio y el divorcio, apela en primer lugar al relato de Génesis 1.27, para enfatizar el ideal de la pareja y matrimonio humano: un hombre, una mujer, y en segundo lugar, apela al relato de la creación de Génesis 2.4-25 para explicar el hecho de que el hombre deje su casa paterna para cumplir con el ideal que plantea el relato de Génesis 1.27, 28.
Aportes de los dos relatos del Génesis a la antropología teológica (antropología bíblica).
A la luz de los dos relatos de la creación, propongo una serie de preguntas que pueden ser de mucha ayuda para la evaluación de la dependencia de la teología bíblica de dichos relatos. Estas preguntas también pueden servir de guía y marco de referencia para la pastoral, el testimonio, compromiso y praxis cristiana.
1) Si un estudiante de la Biblia fuera a buscar sustentación bíblica para argumentar sobre la dignidad y valor del ser humano (varón y hembra, hombre y mujer) como imagen de Dios, ¿a cuál de los dos relatos apelaría?
Respuesta: Al primero, el de Génesis 1.1-2.3. Porque Génesis 1.27, traduciendo la palabra hebrea “adám” en un lenguaje no sexista, sino inclusivo, como “ser humano” (que es el sentido del hebreo aquí) demuestra, contrario a lo que plantea 1 Corintios 11.7, que la mujer (no sólo el hombre o varón) es imagen de Dios.
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